Los niños juegan menos con otros niños
Padres y madres de familia deben propiciar un espacio para el juego con otros niños, porque así sus hijos conocen y experimentan el mundo que los rodea
1/19/2017, midnight
Si entendemos el juego como el compartir uno-a-uno o en grupo; o para tener vivencias que permitan intercambiar y disfrutar, es cierto: los niños están cada vez menos con otros niños. En la actualidad los niños interactúan más con adultos, cuidadores, padres y abuelos. Las posibilidades de encontrarse con otros niños, amigos cercanos y vecinos son muy reducidas o inexistentes.
Los niños comentan que juegan con otros niños en la etapa escolar, y en vacaciones en los talleres, apenas unos cuantos minutos. ¿Por qué los pequeños no se divierten como antes? Por exigencia de los adultos: los niños invierten la mayor cantidad de su tiempo libre en tareas, recuperaciones, academias y tecnología. Destacar y ser los mejores en todo es la consigna de los padres.
Esta es una realidad preocupante, porque los niños conocen y experimentan el mundo que los rodea a través del juego y del intercambio con otros niños. El juego permite que la mente, el cuerpo y la interacción entren en una dinámica que activa muchas destrezas y habilidades además de la necesaria socialización.
A través del juego compartido el niño exterioriza sus alegrías, miedos, angustias, a la vez que va aprendiendo a controlar sus emociones y sentimientos; contribuyen sustancialmente en la construcción de su seguridad personal. Jugar implica investigar, crear, conocer, divertirse, descubrir, además les da a los niños oportunidades para desarrollarse física, emocional e intelectualmente.
A nivel afectivo, el juego permite experimentar con diversas emociones, que sensibilizarán al niño o niña para cuando afronten situaciones de la vida real en los que sus niveles de tolerancia estarán a prueba. El juego en esta etapa de sus cortas vidas los prepara para ajustarse a los límites y a las reglas que de la sociedad. TC
Los padres ante esta situación
• Deben entender que el juego es importante para el niño y corresponde a una etapa de desarrollo que debe preservarse.
• Para que el niño juegue hay que darle facilidades, propiciando los espacios de tiempo y fomentando el intercambio con otros niños.
• Poner al alcance diversos juegos de mesa, juguetes adecuados a cada edad, materiales gráficos y reciclados, otros juegos, o simplemente dejar que el niño se las ingenie con los materiales a su alcance.
• Limitar el uso de la tecnología como única alternativa para que el niño ocupe su tiempo, que si bien trae cosas buenas, tiende a invadir los tiempos del niño lo cual genera otra problemática.
• Remplazar el juego ‘online’ con otros niños, por el juego presencial.
• Jugar con los hijos, una alternativa sumamente importante, ponernos a su nivel, intercambiar, dar un espacio afectivo más allá del juego, ponernos como modelo, lo cual además, los ayuda y prepara para el juego con otros niños.
• Considerar actividades de juego al aire libre con otros niños, si el clima lo permite.
• Considerar que el tiempo de vacaciones no debe estar saturado de actividades académicas.