El declive de la manufactura estadounidense ha sido, en gran parte, responsabilizado por la depresión en la región del medio oeste de Estados Unidos. Sin embargo, un crecimiento debilitado de la población también ha jugado un papel importante.

Si bien Pensilvania, Ohio, Michigan y Wisconsin representan el 12.4% de la población estadounidense, en el 2016 significaron apenas el 1% del crecimiento de la población del país. En realidad, la población de Pensilvania se contrajo en más de 7,000 personas.

Los datos de la Oficina del Censo muestran que si no fuera por la inmigración, las poblaciones de estos cuatro estados ahora estarían achicándose significativamente. El crecimiento combinado de la población de los cuatro estados en el 2016 fue de 23,008 personas.

El crecimiento demográfico producto de la inmigración fue de 84,770 personas. Esto significa que si se excluyen a los inmigrantes, la población hubiera caído por más de 61,000 personas. Desde el 2010, casi 500,000 inmigrantes se han mudado a esos cuatro estados.

El culpable del estancamiento del crecimiento poblacional sigue siendo la migración interna. Más de 113,000 personas se fueron de esos cuatro estados en el 2016.

Los beneficiados con la migración interna siguen siendo los mismos estados que ganan cada año: principalmente Florida y Texas, pero también otros estados del sur y el oeste del país, como Carolina del Norte, Georgia, Washington y Arizona. AGENCIAS