Durante mucho tiempo Estados Unidos ha sido el destino soñado para muchos migrantes hispanos, ya sea porque huyen de la pobreza, agitación política, desastres naturales o la violencia. Ahora muchos están echando raíces en México, legal o ilegalmente, en lugar de tomarlo sólo como ‘el camino hacia Estados Unidos’.

Los migrantes tienen muchas razones para quedarse. Cruzar la frontera entre México y Estados Unidos se ha vuelto cada vez más difícil, en especial porque las tarifas de los ‘coyotes’ han aumentado y las policías son más severas. Algunos se desaniman por la gran cantidad de peligros en la ruta a través de México. Otros creen que podría ser más fácil cumplir con los requisitos de algún tipo de estatus legal en México que en Estados Unidos.

El atractivo creciente de México se refleja claramente en el programa de asilo del país. El año pasado, más de 8,100 extranjeros solicitaron asilo, casi tres veces más que en 2015, y alrededor de quince veces más que el número que lo hizo hace cinco años.

En 2016, al 63% de los solicitantes, sin incluir a aquellos que abandonaron su caso durante el proceso de revisión, se les otorgó asilo o alguna otra forma de protección, en contraste con el 46 por ciento en 2015, según estadísticas oficiales. La gran mayoría de los solicitantes en los últimos años provienen de El Salvador y Honduras, que han estado sacudidos por la violencia de las pandillas. AGENCIAS