Según un reciente estudio conducido por el Instituto de Violencia Doméstica y Asalto Sexual (IDVSA) del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Texas en Austin, viven en Texas más de 300 mil víctimas de trata de personas, entre ellos 79 mil menores y casi 234 mil víctimas adultas de tráfico laboral.

La trata de personas ocurre cuando un individuo es controlado mediante el uso de la violencia, engaño o coerción en situaciones de sexo comercial, trabajo forzado o servidumbre doméstica. Aunque se sabe que la trata de personas es frecuente en grandes centros urbanos, los investigadores aseguran que este es un crimen difícil de detectar debido a que las víctimas no lo denuncian.

“Este es nuestro primer descubrimiento de gran alcance e impacto en el tema de la trata de seres humanos en Texas. Pocos estados tienen este tipo de información sobre el número de personas que están siendo explotadas. Lo más importante es que cada caso refleja a un ser humano que vive entre nosotros en condiciones de esclavitud. Nuestros hallazgos son una alerta para hacer algo ante dicho problema”, comenta para El Mundo Newspaper Noël Busch-Armendáriz, director del IDVSA y director del estudio.

En 2014 los investigadores lanzaron el Proyecto Estatal de Cartografía de Tráfico Humano en Texas con el objetivo de cuantificar la prevalencia y el impacto económico de la trata de personas en todo el estado. Esta investigación a nivel estatal fue una colaboración entre el IDVSA, la Oficina de Investigación Empresarial del Instituto IC2 de UT Austin y Allies Against Slavery, con el apoyo financiero de la División de Justicia Criminal de la Oficina del Gobernador de Texas.

“Los traficantes ganan aproximadamente 600 millones de dólares al año explotando a las víctimas del tráfico laboral en Texas, sobre todo en las industrias y sectores económicos más vulnerables, incluyendo el trabajo agrícola migratorio, la construcción, los trabajadores de cocina en los restaurantes y los servicios de jardinería. Se calcula que se gastarían 6,500 millones de dólares para proporcionar atención a las víctimas y sobrevivientes del tráfico sexual de menores y jóvenes en Texas, incluyendo los costos relacionados con la aplicación de la ley, la acusación judicial y los servicios sociales”, dice Bruce Kellison, director de la Oficina de Investigación Empresarial.

Además de extraer las bases de datos existentes, los investigadores analizaron los indicadores de riesgo encontrados en casos documentados de tráfico humano, con esa información definieron grupos de la comunidad que consideran en alto riesgo: las personas sin hogar, los niños y jóvenes en cuidado de crianza temporal y trabajadores indocumentados.

El informe ha revelado sólo una fracción del problema pero será un recurso importante para juntar a profesionales en la materia, víctimas y miembros de la comunidad con los encargados de formular las políticas y leyes para trabajar en conjunto contra la trata de personas en el estado.