Estudiantes están en el limbo
Decenas de estudiantes y profesores de la Universidad de Texas resultaron perjudicados por el veto a siete países
2/2/2017, midnight
Para el iraní Navid Yaghmazadeh (29), estudiante de doctorado en ciencias de la computación en la Universidad de Texas, la drástica orden ejecutiva de Donald Trump tiene un solo significado para él: ‘futuro incierto’, ya que tiene una visa académica internacional (F1) que expira cuando concluya sus estudios.
“Me preocupa mi futuro. Tengo planeado graduarme a finales del 2017 y dejaré de ser considerado ‘estudiante’ cuando me gradúe. Si quiero quedarme aquí a ejercer mi profesión tendría que cambiar mi estatus legal, pero ahora no sé si podré hacerlo. Esta situación es realmente alarmante”, comenta Navid.
La angustia de Navid comenzó el pasado viernes 27 de enero con la firma de la orden ejecutiva presidencial que suspendía por 90 días la emisión de visas a personas procedentes de Irán, Siria, Irak, Somalia, Sudan, Yemen y Libia. No sólo eso. Los ciudadanos de esos países que ya viven y trabajen en Estados Unidos, sea con algún tipo de visa o con la residencia permanente, podrían enfrentar más dificultades, como la cancelación de esos documentos.
“Tengo tres hermanos. Dos de ellos están viviendo en San Antonio y Boston. Ellos también están siendo afectados por esta orden ejecutiva. Lo mismo sucede con la mayoría de mis amigos iraníes que se encuentran en el país con una visa F1 o H1B”, dice Navid.
Según las estadísticas del Departamento de Estado, en 2015 alrededor de 90 mil personas recibieron diferentes tipos de visas (estudiante, trabajo y turista) en los siete países afectados por orden de Donald Trump. Lo que significa que Navid y otras 90 mil personas no podrán salir de territorio estadounidense (ni regresar) hasta que la medida sea revocada.
“Como investigador en ciencias de la computación me toca ir a conferencias a compartimos ideas y conocimiento con otras personas de mi especialidad. Este año, la mayoría de las conferencias de nivel superior (PLDI, CAV, OOPSLA) en mi área de investigación, que es Programming Languages, se realizarán fuera de Estados Unidos, lo que significa que no podré asistir a ninguna de esas conferencias.
Prácticamente no puedo estar dentro de la comunidad académica a la que pertenezco sólo porque soy de Irán”, dice el futuro doctor en ciencias de la computación.
Golpe a las familias
Para Navid (que llegó a Estados Unidos en el 2010 en busca de un mejor futuro académico) y otros 110 estudiantes y profesores de la Universidad de Texas, este veto es un golpe académico, profesional y emocional, ya que cientos de familias están siendo separadas por tiempo indefinido. “Tengo otra hermana que radica en Irán con mis padres. Ahora no podré viajar y ver a mi familia por algún tiempo, lo cual me mortifica porque quería que mis padres estuvieran presentes en mi ceremonia de graduación. Todos quisieran tener a sus padres presentes, pero para mi esto no será posible”, comenta Navid con la tristeza reflejada en sus ojos.
Que siete países con mayoría de población musulmana hayan sido declarados por Donald Trump no aptos para recibir visas estadounidenses tiene el objetivo (según él) de mantener a los terroristas islámicos radicales fuera del país.
La disposición ha sido rechazada aquí y en todo el mundo. “Creo que esto es discriminatorio y terrible. Ningún ser humano debería ser juzgado por su género, religión o etnia. Todos somos seres humanos y queremos ser respetados por lo que realmente somos y no por estereotipos”, dice Navid.
En Austin el apoyo a la comunidad musulmana ha sido total. Prueba de ello, el pasado domingo 29 enero, dos días después de que la orden ejecutiva de Donald Trump entrará en vigencia, alrededor de 300 personas se reunieron en el Austin–Bergstrom International Airport con pancartas en las que expresaban su oposición al veto presidencial.
Lo mismo ocurrió el martes 31 de enero en el centro de la ciudad capital, cuando cientos de hombres y mujeres se reunieron en el Capitolio de Texas a expresar su apoyo a la comunidad musulmana y a demostrar que la población de Austin no discriminará a nadie.
“Fui a la protesta que se realizó en el aeropuerto y recibí apoyo de personas que ni siquiera me conocían.
El inmenso amor y compasión que recibí de la gente superó mis expectativas. Entiendo por lo que muchas personas están pasando, pero debemos mantenernos fuertes. El Gobierno Federal no puede dividir a las personas. No puede difundir el odio. Debemos diseminar amor. Estaremos unidos sin importar qué tan diferentes sean nuestras creencias”, finaliza Navid.