No los obligues, deja que ellos elijan la actividad física que más les guste

Las personas que somos padres y/o madres de familia deseamos que nuestros hijos se inicien en algún deporte para que desde pequeños conozcan los beneficios del ejercicio y la disciplina inherente a éste.

Debemos tener presente que los pequeños no son iguales. Sus intereses pueden ser distintos de los de sus padres. Y cuando se trata de prácticas deportivas, casi siempre es el deporte el que ‘elige’ al niño o niña. Los padres podemos querer que a nuestro hijo o hija le guste el fútbol o el básquetbol, pero quizá ellos se inclinen por la natación o el tenis.

Lo importante es que elijan la actividad física que más les guste y en la que se sientan cómodos, para que su desempeño sea natural y no forzado. Ese sería el ideal, aunque también debemos considerar que, quizá, a nuestros hijos no les interese ningún deporte y prefieran otras actividades.

En El Mundo Newspaper compartimos el entusiasmo de los padres que desean inculcar en sus hijos la necesidad de entregarse a una práctica deportiva, por eso publicamos convocatorias a diversas escuelas o academias deportivas durante todo el año. Pero, ¿a qué edad deben nuestros hijos empezar con las actividades físicas?

No hay una fórmula que nos indique el momento exacto en que un niño debería iniciarse en algún deporte, porque el desarrollo del niño y sus intereses son diferentes en cada caso. Sin embargo, existen algunos puntos comunes que debemos tener en cuenta, según la etapa evolutiva del niño, y que nos pueden ayudar a tomar la decisión en el momento adecuado.

Los expertos, y varios estudios científicos que tratan este tema, concluyen que los primeros dos años de vida son favorables para el juego libre y el movimiento. En esta etapa los padres deben vigilar su entorno para evitar caídas o accidentes del infante.

En la etapa preescolar estos movimientos se van acomodando y progresan las habilidades motoras. Los niños pueden saltar, lanzar objetos, recoger una pelota, manejar un triciclo. El juego prevalece en esta etapa.

De 4 a 7 años, el niño o niña desarrolla su actividad motora, es así que se nota una mejor coordinación, habilidad, equilibrio y velocidad. A esta edad ya pueden, por ejemplo, andar sobre un solo pie, montar en bicicleta, jugar con pelotas. Los expertos de muchas disciplinas deportivas sugieren empezar a esta edad.

De 8 a 9 años, los niños pueden realizar cualquier deporte en condiciones normales. De 10 a 12 años, desarrollan habilidades motoras específicas como la flexibilidad, la fuerza y la resistencia; también se potencia el dominio del cuerpo y cierta técnica sobre él. En esta etapa es que los especialistas sugieren introducir el juego deportivo con ciertas reglas y normas.

Finalmente, es entre los 13 y 15 años que llega el desarrollo de la pubertad, una etapa importante porque es el momento en el que alcanzan una gran actividad física (gran madurez motora) aunque también se definirá si el menor continuará practicando su actividad física preferida o la abandonará.

No presione a sus hijos ni los obligue a entregar resultados inmediatos. Hay niños que dependiendo de su carácter o de su nivel de desarrollo físico nos dejarán sorprendidos por su capacidad de aprendizaje, pero también hay niños que tienen un desarrollo más lento y que por eso les costará un poco más; eso no quiere decir que sean torpes o de menor valía, es simplemente que su desarrollo es paulatino.