Evalúa cómo estás manejando y corrige tu actitud frente al volante. No arriesgues tu vida, ni la de las demás personas

Austin es una de las ciudades que en los últimos años ha registrado un incremento notable de conductores agresivos. El resultado: un incremento en los accidentes de tránsito. Las principales características de un manejo agresivo, causante del caos vehicular y de los accidentes de tránsito, son:

1. Las autopistas no son un circuito de carreras. Siendo así, es muy probable que manejes de manera agresiva y por ende, seas propenso a generar o verte involucrado en un accidente vehicular. Manejar de manera agresiva involucra ver a los demás vehículos como tus competidores (o enemigos, en el peor de los casos), por lo que ‘no puedes permitir’ que nadie ‘invada tu carril’.

2. Aceleración súbita. Esta acción es muy utilizada para ‘cerrar’ a otros vehículos o para evitar que ‘invadan’ el carril. No necesariamente involucra velocidad, pero sí acelerar continuamente en tramos cortos para evitar que otros te pasen.

3. Frenar en seco. Detener de manera abrupta la marcha por cerrar a otro vehículo, evitar que te pasen, por ir muy pegado a otro coche o porque simplemente no le pudiste ‘ganar’ al semáforo.

4. Cambiar de carril de pronto. Consiste en buscar constantemente la vía más rápida, sin preocuparse de ‘cortar’ el paso de otros vehículos.

5. No respetar las distancias. Esto es manejar muy ‘pegado’ al vehículo de adelante. Esto es agresivo porque viene de la noción de evitar que ‘invadan’ el carril en el que uno va. Esto puede desencadenar en un accidente vehicular.

6. No desacelerar ante los obstáculos. Esta acción conlleva a mantener la misma velocidad ante objetivos que se atraviesen en la vía: personas, animales, líneas peatonales o hasta cruces. Incluso, aceleran más para ‘cerrarles el paso’. Una acción sumamente peligrosa.