Que el ‘quaterback’ Colin Kaepernick (29) no tenga equipo no es sorpresa para muchos aficionados de este país, considerando el momento político y social que vivimos y teniendo en cuenta que todos los propietarios de las franquicias menos uno (el paquistaní Sahid Khan, de los Jacksonville Jaguars) son blancos.

A los dueños de la NFL no les ha caído bien los actos ‘rebeldes’ de Kaepernick la temporada pasada. Eso de arrodillarse cuando suena el himno nacional en protesta contra el racismo y la violencia policial no les cayó bien a los dirigentes. Esos mismos propietarios son los que se indignan con la supuesta falta de ‘patriotismo’ cuando un puñado de jóvenes mueren asesinados en las calles de Estados Unidos como consecuencia de la intolerancia de un sector que cree en la supremacía blanca. Los propietarios de los equipos de la NFL defienden los símbolos patrios pero no ponen tantas ganas para que un compatriota, aunque sea de otra raza, pueda gozar de sus mismos derechos y libertades.

Kaepernick no es el único que protestó contra las diferencias sociales. La NBA también se hizo escuchar a través de dos gigantes de la liga: LeBron James y Kevin Durant. El alero de los Cleveland Cavaliers repudió a Donald Trump después que el presidente puso en la misma altura a los supremacistas blancos con los que protestaban contra ellos en Charlottesville (Virginia), y Durant se negó a visitar la Casa Blanca con los Golden State Warriors aduciendo que no respetaba al presidente.