“No podemos seguir viviendo así”
Marlon Gomez | 8/31/2017, midnight
Ismael Pino ya había escuchado sonidos raros y pensó que algún animal se estaba paseando en el apartamento. Pero no fue hasta que lo vio que confirmó que se trataba de una rata que se paseaba en su cocina.
Veneno y trampas con pegamento fueron las primeras ideas que se le cruzaron por la mente a Ismael y así lo hizo una noche. En la mañana descubrió que no era una sino dos las víctimas de su remedio. Pero los crujidos y golpeteos no pararon.
Con la ayuda de su esposa María, Ismael inspeccionó su hogar y descubrió varios agujeros en las paredes y gabinetes, descubriendo que no se trataba de un puñado de roedores: era una horda la que encontró refugio en su edificio.
EL DATO
26 ratas han sido atrapadas en el último mes en sólo un apartamento del complejo de apartamentos cuyo nombre nos reservamos para evitar afectarlos. La leptospirosis es una enfermedad que se transmite por la orina de las ratas. El cuadro clínico que se presenta es similar a una gripe con fiebre alta, escalofríos, sudoración, dolores de cabeza, dolores musculares y en la región lumbar.
“Para nosotros el problema comenzó en julio”, cuenta Ismael Pino, pero la realidad es que estos animales tenían meses reproduciéndose en los recovecos de su residencia.
Ismael reportó el problema a la oficina administrativa del complejo de apartamento, pero no obtuvo una respuesta concreta. Por ello, inició conversaciones con sus vecinos, descubriendo que en otro edificio del mismo complejo la señora Ana Ramos ya había hecho reportes a la Ciudad sobre el mismo problema.
“Me mudé hace seis meses a este apartamento y ha sido un problema tras otro. Cuando firmé el contrato ellos acordaron hacer reparaciones que aún no han culminado. Luego descubrimos pulgas y no fumigaron hasta que les mostré las heridas que le habían causado a mi hija pequeña. Fumigaron y las pulgas se fueron, pero en mayo pasado nos dimos cuenta que debajo de la cocina y entre los gabinetes habían nidos de rata”, comenta la señora Ramos.
Tanto Ismael como Ana son inquilinos de un complejo de apartamentos ubicado al norte de la ciudad, en plena Research Blvd. Durante meses, ambos han tratado de que la administración del complejo les dé una respuesta positiva y los ayude a solucionar el problema de las ratas, pero (hasta el cierre de esta edición) no había cambios.
“Ya no puedo ni comer en el apartamento. No podemos comprar comida por miedo a que atraiga más ratas y que éstas se paseen por nuestros alimentos. ¡Así no podemos vivir! Mi esposa limpia todos los días para poder sacar el excremento y evitar olores”, denuncia Ismael.
En el tercer piso del mismo edificio del complejo de apartamentos ubicado en la Research Blvd. (norte de Austin) en el que vive Ismael Pino, habita la señora Anahí Hernández. Ella reportó la incómoda situación con los roedores en julio pasado y tampoco recibió una respuesta a sus reclamos. “Nosotros pagamos nuestra renta a tiempo todos los meses; uno paga para poder vivir tranquilo, pero así nadie tiene tranquilidad”, se queja Anahí.
El temor que tiene Anahí por los roedores es tan grande que deja las luces de su apartamento prendidas y los televisores encendidos las 24 horas del día, tratando que el ruido mantenga a las ratas fuera de su vista. “El recibo de la luz me saldrá bien caro, pero les tengo mucho miedo”, confiesa Anahí, quien pasa más días y noches en casa de amigos y familiares sólo para alejarse de esta insalubre situación.
Son varios los inquilinos que han reportado la infestación a la administración de los apartamentos durante meses y no habían recibido una respuesta o acciones concretas. A mediados de agosto pasado, los residentes lograron que el City Code hiciera una inspección, pero tras el reporte oficial de esa oficina municipal, la administración sólo puso algunas trampas en el complejo y taparon algunos agujeros en las paredes. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, el problema persiste.
La desesperación ha llevado a los habitantes de estos apartamentos a romper sus contratos y mudarse. Ana, Anahí, Ismael y María quieren hacer lo mismo, pero temen que no les devuelvan sus depósitos y que los reporten a los burós de crédito, afectando su historial financiero.
“Ya hemos esperado tanto por una solución a este tremendo problema que, estamos cansados. Lo que queremos es que nos dejen ir sin que nos dañen el crédito y que nos devuelvan nuestro dinero”, dice Ana Hernández, una de las inquilinas del conjuto residencial.
Son varios los residentes que han comenzado a enviar cartas escritas a la administración para tener pruebas de que el problema ha sido reportado, ya que en caso de llegar a un plano legal, decir que notificaron la infestación verbalmente no sería de mucha ayuda. A pesar de eso, los residentes temen que la gerencia de los apartamentos los reporte por incumplimiento de contrato
¿Cómo iniciar una queja?
El Austin Tenants Council recomienda que en estas situaciones los inquilinos presenten por escrito cualquier reporte y solicitud de inspección, dando al menos siete días para que la administración responda, ya sea con acciones o con el planteamiento de soluciones.
Al menos dos comunicados deben enviarse antes de presentar una carta indicando que, debido a la falta de respuesta y debido al riesgo a la salud que las ratas representan (o cualquier otra infestación) se ven obligados a mudarse.
Es importante que en la carta final se especifique una fecha concreta para la mudanza, la fecha de redacción (el día que se presenta la carta a la gerencia) y la firma del inquilino titular.
Otra recomendación del Austin Tenants Council es enviar la carta por correo certificado (que se puede monitorear y exige una firma de recepción del documento al entregarse éste). Una vez que la carta ha llegado a la gerencia de los apartamentos, el inquilino también puede entregarla en persona solicitando una firma, fecha o sello de ‘recibido’.
Estas cartas ó recibos de la oficina postal, fotografías y otras pruebas deben conservarse en caso de alguna acción legal. Si se ha logrado la visita de un inspector municipal, se recomienda conservar el nombre y teléfono del inspector.
Aunque estos pasos pueden ayudar, nada garantiza que la situación no pase a un plano legal. Para más información sobre los derechos de los inquilinos, respuestas a preguntas frecuentes y asesoría en este tema, comuníquese al Austin Tenants Council llamando al (512) 474-1961 ó visite www.housing-rights.org
Responsabilidad
De acuerdo a las leyes de Texas, los arrendadores están en la obligación de ofrecer viviendas habitables y solucionar cualquier amenaza a la salud y a la seguridad de los residentes. Los roedores son considerados un problema de salud, especialmente cuando hay niños en alguna unidad.
Al no responder adecuadamente a un problema de este tipo, el arrendador no está en cumplimiento del contrato y es el dueño de la propiedad quien, en teoría, ha roto el contrato y quebrado las leyes estatales. Pero eso no descarta la posibilidad de que tomen acciones en contra de los inquilinos, por lo que la situación podría requerir de intervención legal.