Grave acusación contra Rafa Márquez
Agencias / Cortesía | 8/17/2017, midnight
Para las autoridades estadounidenses, el defensa tendría vínculos con un capo del narcotráfico mexicano
Cuando jugaba un papel cercano al de tótem de la selección mexicana, Rafael Márquez (38) fue acusado por las autoridades estadounidenses de tener vínculos con un capo del narcotráfico. La imputación, que cayó como un balde de agua fría en la afición, marcará su otoño como jugador y será una fea antesala de su despedida de los campos de fútbol.
Por sus cuatro Copas del Mundo jugadas con pundonor, su paso triunfal por el Barcelona y su cualidad innata para ser líder, Rafa Márquez fue convocado para defender la camiseta de México aun cuando no estaba en forma. Ese valor tenía el cumplidor defensa dentro del plantel. Sin embargo, a pesar de sus incuestionables habilidades, la acusación en su contra lo obliga a limpiar su imagen y eso le impedirá estar concentrado en la cancha. El Rafa está obligado a desmentir su relación criminal y olvidarse del fútbol por el momento.
Si bien Atlas, su equipo, sufrirá la caída de su ídolo, el peor damnificado de la acusación por parte del Departamento de Tesoro será el propio jugador, que ha perdido la condición de semidiós adorado por los hinchas y, si bien le va, quedará solo como un mortal sin acusaciones criminales.
Rafa Márquez inició su carrera profesional en Atlas en 1996. Antes, de 1992 hasta el año de su debut, fue parte del equipo juvenil de los ‘Rojinegros’. Desde que jugó como profesional se supo que era un elegido para jugar fútbol. A los 17 años debutó en la selección mexicana Sub20 y a los 20 ganó con el ‘Tri’ la Copa Confederaciones.
Siendo un jugador consagrado, Márquez emigró al Mónaco. La liga de Francia le quedó chica al joven Rafael, que en el 2003 se marchó al Barcelona gracias a sus buenas actuaciones en el equipo del principado. En el club español jugó sus mejores años como profesional y maduró como futbolista. El 2010 dejó el club catalán dejando una buena impresión a los hinchas. Tras la experiencia en España, Rafa paseó su talento por el New York Red Bulls de la MLS; regresó a casa para vestir la playera del León de Guanajuato; nuevamente emigró a Europa con el Hellas Verona de la Serie A italiana; y regresó a su terruño en 2016 para defender los colores del Atlas.
En los últimos años estuvo rodeado de un aura de eternidad y en la cancha se mostró como un jugador sin edad, sobre todo con la llegada del director técnico colombiano Juan Carlos Osorio, quien le dio el estatus de líder, convirtiéndolo en un enlace entre el banquillo y sus compañeros en el terreno de juego. Hasta antes de la acusación estadounidense, su participación en el Mundial ruso era una hecho.
Ahora, su situación es distinta. Rafa podría ser desafiliado y apartado de la Liga MX, ya que el reglamento de la Federación Mexicana de Fútbol prohíbe que un jugador haya participado en negocios de dudosa reputación.
Mientras tanto, el Gobierno Federal estadounidense le anuló la visa al defensa mexicano, prohibiéndole el ingreso a este país. El no tener dicho documento provocará que no participe en juegos amistosos u oficiales, ya sea con Atlas o con la selección mexicana. Y el Departamento del Tesoro congeló sus bienes en este país, hasta que se aclare su situación.
Rafael Márquez Álvarez ha demostrado buena disposición para colaborar con la justicia de ambos países. Ya se presentó, de manera voluntaria, ante la fiscalía mexicana para rendir su declaración. El camino para limpiar su imagen como persona será largo y tedioso. Ese será su partido más difícil hasta ahora.