El Mundo Newspaper consultó a varios meseros y meseras de diversos restaurantes del Centro de Texas respecto de si los consumidores son generosos con los ‘tips’ (propinas). La mayoría nos respondió que apenas la mitad deja un promedio de 15% del total de la cuenta, y que son mucho menos aquellos que dejan 20%.

La otra mitad es la peor cara de los consumidores, la mayoría hispanos, ya que, o dejan menos del 10% o de plano no dejan propina.

La propina es una fuente fundamental de ingresos para casi todos los trabajadores de servicio en este país. El salario mínimo federal para los empleados que reciben propinas es de apenas $2.13 (en promedio). Las ganancias de estos trabajadores dependen de la conciencia o del capricho colectivo de sus clientes.

Entre complejas razones de género y económicas, las camareras cobran menos que los camareros porque las mujeres, particularmente las de color, trabajan con mayor frecuencia en establecimientos de comida rápida y de estilo familiar, no en restaurantes especializados, donde las propinas son más altas.

Los problemas con la propina se extienden más allá de los restaurantes. Los empleados de hoteles, cafeterías, hasta los taxistas y los peluqueros o las estilistas del cabello, reciben propinas muy bajas o no reciben nada. Solo Alaska, California y Oregón tienen un salario mínimo más alto para los empleados de servicio. La propina es obligatoria en Texas.

Todos en este país tenemos familia o amigos que se dedican al servicio en diversas industrias de servicio, por ellos y por lo que representa para ellos, dejemos una propina apropiada a las personas que nos atienden.