El asesino silencioso
REDACCION EL MUNDO | 4/20/2017, midnight
La depresión es una carga que somete a este país y al mundo. Definido como un trastorno del estado de ánimo y caracterizado por sentimientos de tristeza profunda e infelicidad, esta enfermedad, diagnosticada a tiempo y con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, pude ser revertida.
La depresión no es una respuesta inmediata a lo que sucede ahora, sino que tiene que ver con etapas pasadas de la vida. La depresión no discrimina. No depende de la edad ni del género: tanto mujeres y hombres, niños, jóvenes y ancianos podrían verse ser afectados.
Aunque puede presentar síntomas similares, la depresión se diferencia de la ansiedad, de las fobias, de los ataques de pánico, de los comportamientos obsesivos-compulsivos, del estrés postraumático. Entre los principales síntomas de este trastorno destaca la fatiga y el sentimiento de inutilidad.
Pese a que es importante su tratamiento, muchos suelen minimizar la importancia de esta enfermedad en el sufriente. Otros lo confunden con simples duelos por pérdida o estados de ánimo transitorios. Para otras personas es solo una debilidad de carácter.
El Trastorno Depresivo Mayor, versión crónica del mal, puede manifestarse tras semanas de una tristeza prolongada por problemas en alguno de los cuatro pilares del equilibrio emocional de una persona: la familia, la pareja, los amigos y la carrera profesional.
El diagnóstico de la depresión puede ser dada por un médico, quien mediante una entrevista con el paciente y la observación directa puede establecer un cuadro depresivo. Existen factores predisponentes, como la condición genética o de personalidad, pero también el consumo de fármacos y drogas.
Si bien a veces el llanto hace más beneficio que la risa, un cuadro de tristeza prolongada no es saludable. Cuide sus sentimientos y aleje a la depresión de su vida. Las consecuencias de la depresión van desde el daño neuronal hasta la muerte a causa del suicidio.