tienen una mayor capacidad de moldear una situación para sacar provecho de ella. El desarrollo del día depende mucho de cómo vaya la mañana. Y mientras hay gente que busca café para estar más activo, también hay quienes realizan algunas sencillas prácticas para ser mucho más productivos. Estos son algunos de los hábitos que te pueden cambiar la vida:

Valora las cosas

Es difícil que un día vaya bien si se empieza con actitud pesimista. Pensemos en las cosas por las que nos sentimos agradecidos. Expresar la gratitud resulta muy beneficioso: reduce el estrés, aumenta la productividad y la sensación de bienestar en general. Así que independientemente del mal humor que tengas nada más levantarte, haz un esfuerzo por expresar tu agradecimiento. Por tus amigos, tu familia, tu trabajo o cualquier cosa que aprecies mucho. Después, visualiza todo lo que te gustaría tener en tu vida como si lo tuvieras.

Instantes de silencio

La mayoría de nosotros, si no todos, llevamos una vida muy ajetreada. Entre la presión del trabajo, los horarios familiares y el sinfín de distracciones que nos rodean, como los teléfonos móviles o las laptops, no tenemos mucho tiempo para disfrutar de la tranquilidad. La excepción son las mañanas. Si te concedes tiempo para meditar, notarás cómo se reducen el estrés y la ansiedad, cómo mejoran tus hábitos de sueño y cómo aumenta tu capacidad de memorizar y de relacionarte con los demás, entre otros muchos beneficios.

Madruga

¿Acaso la clave del éxito es levantarse quince minutos antes de empezar a trabajar y salir de casa sin aliento, con el cabello húmedo? Por supuesto que no. Las personas triunfadoras se levantan muy temprano. Aunque tu horario laboral no empiece muy temprano, tómate tu tiempo y haz acopio de fuerza de voluntad para no posponer el despertador. Saca tiempo para invertirlo en cuidarte por las mañanas.

Empieza por lo más difícil

Todos tenemos listas interminables de cosas por hacer, de cosas que detestamos, concretamente.

La mayoría de nosotros posponemos esas cosas para hacerlas al final del día (e incluso las dejamos ‘para mañana’), cuando estamos ya agotados de todo lo demás. En vez de posponer las cosas y acabar agotado en el proceso, deberías afrontarlo.

Saca de tu camino eso que no te gusta, desde temprano, y disfruta del día.

Busca inspiración

Por muy malhumorado que te levantes por las mañanas, el hecho de obligarte a encontrar algo que te inspire te ayudará más a despejarte que cualquier bebida desbordante de cafeína. Basta con que te tomes unos cinco minutos cada mañana para pensar en los objetivos que puedes conseguir ese día.

Transpira, suda

Deberías plantearte la posibilidad de practicar deporte o hacer algún tipo de entrenamiento por la mañana. Ya sabes que el ejercicio es beneficioso, pero lo que quizá no sabes es que el deporte por la mañana hace que te sientas más despierto y con más energía durante el día. Entrenar por las mañanas es clave para ser constante con tus objetivos relacionados con el ejercicio físico. Si practicas deporte antes de que te distraigan los quehaceres del día a día, aumentarán las probabilidades de que sigas haciendo ejercicio con regularidad.

Come bien

Nuestras madres tenían razón: El desayuno es la comida más importante del día. Y la ciencia las apoya. El desayuno lo es todo: potencia el rendimiento mental y nos ayuda a estar en mejor forma. Si desayunamos, estaremos más despejados, y si no comemos nada experimentaremos el efecto contrario. Si tienes el sueño pesado, alista todo la noche anterior.