Una vez comprometidas, las novias desconocen el trajín por el que deben atravesar para ser las estrellas el día de su boda. Pasan las semanas y muchas no deciden cuál será la iglesia ni el lugar de la recepción ni quién se encargará del ‘catering’ o del maquillaje de la novia.

Son muchos los factores a considerar antes de la boda, siendo lo principal todo lo que tenga que ver con la novia: el cabello, las uñas, la depilación, el peinado y el maquillaje. Además, preparar la piel del rostro para ese gran día es la clave. Los rituales de limpieza facial deben iniciarse, como mínimo, con cuatro meses de anticipación. Basta con una sesión mensual si eres de las que se cuida la piel.

De lo contrario, deberás acudir al salón cada quince días. Por supuesto, esto varía de acuerdo con cada persona, por lo que es necesario contar con asesoramiento profesional.

Si la novia desea lucir un cabello radiante, debe recurrir a la magia de los tratamientos capilares. La periodicidad depende del cuidado que le hayas dado. En muchas oportunidades, la prueba del peinado se realiza a solo una semana de la boda, aunque puede ser un poco antes. Esto sirve para determinar cuál es el estilo que mejor le acomoda y si requiere de extensiones o moños.

La manicure y pedicure se efectúan con un par de días de anticipación, pero el pintado de las uñas es un procedimiento que se hará el mismo día de la boda. La depilación debe realizarse, al menos, una semana antes, ya que la piel puede irritarse y, en ocasiones, esas manchas rojas no se quitan ni con maquillaje. Es muy importante que le comentes a la persona encargada si eres de piel sensible, para evitar accidentes que dejen huella.

Por último, en muchas ocasiones, las novias desconocen que las citas con sus ‘make-up artists’ favoritos deben separarse con mucha anticipación debido a que podrían tener sus agendas ocupadas. Es recomendable hacer la cita seis meses antes de la boda.