Desde 1990, en un intento por frenar el cruce de inmigrantes por esa zona, en la frontera de San Diego (California), que hasta entonces había sido el de mayor tránsito de indocumentados, se ha construido en diferentes etapas unas 650 millas de muros y cercas, que cubren el 33.3% del total de la frontera

En el nuevo sitio www.greatagain.gov está la información detallada de las prioridades de su gobierno y en el apartado sobre Inmigración coloca como primer punto ‘Build a wall on the southern border’ (construir un muro en la frontera).

La revista The Economist publicó recientemente un estudio de la agencia de corredores Bernstein Research que examina los costos de la obra. El informe señala que si bien la frontera se extiende por casi dos mil millas, el muro no debe tener esa dimensión debido a que existen barreras naturales, como el Río Grande.

Si se considera una muralla de una longitud de 990 millas y 39 pies de alto, Bernstein supone que se requerirá de 711 millones de dólares en concreto y 240 millones en cemento. Si se incluye la mano de obra, el costo total sería de entre 15 mil y 25 mil millones. Más de los 10 mil millones que había sugerido Trump.

El informe asegura que no es económicamente factible transportar cemento y concreto en grandes distancias, así que es probable que los mayores beneficiados sean las fábricas ubicadas como máximo a 186 millas de la frontera.