El pasado viernes 4 de noviembre, la escuela primaria T. A. Brown, ubicada en el 505 West Anderson Lane, al norte de Austin, fue clausurada por tiempo indefinido sin previo aviso a los padres de los estudiantes. El plantel, que tenía 59 años de funcionamiento, albergaba a 360 estudiantes, de los cuales el 89.7% son de origen latino.

“La protección y la seguridad de todos los estudiantes es nuestra prioridad principal. Les informamos acerca de una situación que afectará a toda nuestra escuela. Según el informe de un ingeniero de inspección, se ha determinado que existen preocupaciones estructurales en la T. A. Brown Elementary School que no podrán ser reparados y, por precaución, se cancelan las clases de este curso escolar”, dice el comunicado enviado por el Distrito Escolar Independiente de Austin (AISD) a los padres de familia.

Los estudiantes serán reubicados en dos diferentes planteles escolares del área. Los pequeños de prekinder y kinder asistirán a la Reilly Elementary School, ubicada en el 405 Denson Drive en el norte de Austin; y los estudiantes del primero al quinto grado acudirán a la Allan Elementary School, localizada en el 4900 Gonzales St. del Este de la ciudad.

Muchos padres fueron sorprendidos con el repentino anuncio.

“Sabemos que la escuela fue construida hace mucho tiempo, pero jamás nos percatamos de que pudiera tener daños tan severos hasta el punto de verse en la necesidad de cerrar la escuela por completo. Mi hija ha sido reubicada en la escuela Allan, por lo que todo cambiará para nosotros; el nuevo colegio nos queda muy lejos de casa y hay mucho trafico por allá. Nos ofrecieron transporte, pero aun así tendremos que salir de la casa a las seis de la mañana para que mi hija pueda llegar a tiempo a su escuela”, comentó para El Mundo Newspaper Christopher García, padre de Mía, quién además de estudiante de la T.A. Brown es una joven artista local.

De acuerdo al AISD, los problemas estructurales fueron encontrados debajo de los pisos de los salones, de la cafetería y en uno de los pasillos, lo que provocó una mayor investigación en el resto del campus.

El ingeniero encargado de la evaluación aseguró que los daños podrían ocasionar un derrumbe en cualquier momento a consecuencia de los suelos inestables.

“Lo que nos sorprende es que en julio pasado realizaron una inspección para verificar la seguridad de las instalaciones de la escuela. Los padres nos cuestionamos si habrán detectado alguna anomalía en aquel entonces y por qué permitieron que los alumnos comenzaran un nuevo ciclo escolar en una escuela que no contaba con una infraestructura segura”, se queja García.

Según el AISD, los expertos que inspeccionaron la A. T. Elementary School no recomiendan la reparación de los daños en la escuela debido al costo, a la ubicación de los desperfectos y al alto riesgo que correrían los trabajadores.

“Lo que el superintendente Paul Cruz nos dio a entender es que tendrían que derrumbar completamente las instalaciones y volver a construir la escuela. Muchos padres tememos que la demolerán y la venderán como terreno, pero lo que nosotros pedimos es que construyan una nueva escuela para que nuestros hijos puedan volver a estudiar ahí”, concluye García.