Hay parejas que prefieren mantener su relación en la intimidad, lejos de la realidad virtual, lejos de ese mundo en el que todos estamos expuestos. Eso no implica que esa pareja se quiera menos, sólo que tienen otras prioridades: amarse, por ejemplo.

Las parejas felices no necesitan publicar sus sentimientos en las redes sociales porque están presentes, se tienen frente a frente, y lo disfrutan. Las parejas felices no andan pensando en publicar cada detalle de su relación en Facebook porque están concentrados en vivir el momento. Para ellos la magia no depende de un ‘selfie’ ni de la cantidad de ‘likes’ que le den a una foto.

Las parejas felices no necesitan la aprobación de nadie. A una pareja feliz no le afecta si su foto tiene 100 ‘likes’ o ninguno. Tampoco necesitan leer que ‘son lindos’, o que ‘hacen una buena pareja’ o que ‘se les ve tan felices’. Eso no los condiciona.

A las parejas felices no les gusta exhibir sus ‘trapitos sucios’ en las redes sociales. Tampoco consideran necesario que todos se enteren que cenaron pizza o que tomaron una copa de vino mientras veían alguna película en Netflix.

Los amantes felices están seguros de lo que sienten. No necesitan las redes sociales para validar lo que sienten. Saben que en una cuestión de dos, los terceros salen sobrando.

Para quienes se aman genuinamente, las opiniones de los demás (en el mundo real y en las redes sociales) no son importantes. Compararse no es lo que buscan.

Provocar un falso sentido de admiración tampoco. Entre más desapercibidos pasen, mejor. Así les dura más la dulzura de su mutua entrega.