Niños centroamericanos en el limbo migratorio


El Gobierno Federal podría enfrentarse a otra crisis de menores inmigrantes que lleguen sin compañía por la frontera sur

Tania Del Ángel Pich | 5/5/2016, midnight
Niños centroamericanos en el limbo migratorio

A casi 2 años de la crisis de niños centroamericanos que llegaron a Estados Unidos sin la compañía de un adulto, el flujo de menores entrando al país vuelve a encender las alarmas del Gobierno Federal, mientras que otros miles de niños (los de la primera ola) se encuentran en espera de resolver su situación migratoria.

EL DRAMA DE LAS MUJERES

Además de los niños que llegan a este país, también hay muchas mujeres y niñas que sufren de abusos y violaciones en su travesía por alcanzar el ‘sueño americano’. “Alrededor del 60% de las mujeres y niñas son abusadas sexualmente cuando viajan por áreas remotas o en trenes. Muchos criminales usan la violencia sexual como parte del ‘cobro’ por el viaje. Ante las alarmantes cifras, muchas mujeres se ven en la necesidad de tomar anticonceptivos previo al recorrido”, denunció la organización de Amnistía Internacional.

Según los últimos datos arrojados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), durante el primer trimestre del año fiscal 2016 ya son más de 23 mil detenciones de menores de edad que viajan solos, un 89% más en comparación con el año pasado. “A este ritmo podríamos llegar a tener entre 70 y 80 mil niños (indocumentados) a finales del 2016”, aseguró la abogada de inmigración Cynthia De los Santos.

Delmy Gabriel (18) viajó durante dos meses desde su natal Guatemala para reencontrarse con su madre: “Viajé en compañía de mi tía y mi prima; recuerdo que hubo noches que caminé por horas. Duré hasta una semana sin comer o tomar agua; pasé mucho frío y hasta trataron de abusar de mí”, dice sobre los duros momentos que vivió durante su trayectoria hacia territorio estadounidense.

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ABOGADA Cynthia De Los Santos.

¿Cómo es el proceso al que se enfrentan los menores en el país? Según la abogada De los Santos, el procedimiento al que se enfrentan estos niños es muy complicado. Sin embargo, este tipo de casos tiene alta prioridad en la corte. “El menor es procesado por el DHS; si es menor de 18 años inician el proceso de deportación, trasladando al menor a un albergue y después poniéndolo bajo el cuidado de algún familiar adulto, ya sea su mamá, papá, hermano, tía, tío o cualquier otra persona que se compruebe que está relacionado con el pequeño y puede cuidar de él o de ella”, comenta la abogada De los Santos.

Organizaciones de ayuda de los niños centroamericanos migrantes, como Raíces, aseguran que el país no está preparado para enfrentar otra crisis de niños que llegan solos a este país: “No hay suficientes abogados ni jueces para procesar los casos; tienen seis años de retraso en los juicios migratorios, por lo que cualquier niño que llegue al país enfrentará un proceso mucho más complicado”, explica Mohammad Abdollahi, representante de medios de la organización Raíces.

EL DATO

Según el Gobierno Federal, desde mayo sólo procesarán visas de aquellos inmigrantes centroamericanos (incluyendo a los menores de edad) que aplicaron antes del 1 de enero del 2010 para obtener una visa de inmigrante o cambio de estatus migratorio. Sin embargo, para aquellos que llegaron al país o aplicaron después de la fecha indicada, no será posible obtener el cambio de estatus o visa hasta nuevo aviso.

ESPERANZA LEGAL

Para que un juez falle a favor de un menor y éste logré la residencia permanente, debe demostrar que ha sufrido abandono, abuso o negligencia por parte de su papá, de su mamá o de los dos. “La Ley de Estatus Especial Juvenil (SIJS) permite que un niño abandonado en otro país a cargo de un familiar, tal vez no apto para cuidarlo, puede ser tratado como negligencia y así el juez podría ordenar que se quede en este país”, dice la abogada Cynthia De los Santos y añade: “Las esperanzas de que los niños logren papeles son grandes siempre y cuando tengan una buena representación. Necesitan buscar un abogado y recaudar fondos para pagar los gastos del proceso si no califican para ayuda gratuita. El proceso puede durar desde seis meses hasta varios años, dependiendo del caso”.

A dos años de su llegada a este país, Delmy Gabriel está a punto de recibir su residencia permanente. “Mi sueño es aprender inglés y hacerme ciudadana para traerme a mis otros cinco familiares que aún viven en Guatemala”, dice.

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