El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre el Gobierno Federal y el gobierno de Cuba despertó sospechas de que el trato migratorio especial que reciben los cubanos en Estados Unidos podría estar llegando a su fin, lo que generó una oleada inusitada de cubanos que llegaban por la frontera con México.

Dicho trato, fundamentado en la Ley de Ajuste Cubano (1966), y posteriormente modificada en los años noventas con la política de ‘pies secos/pies mojados’, otorga beneficios especiales a los cubanos que logran llegar a territorio estadounidense, y tras la reanudación de relaciones bilaterales ha sido criticada en el Congreso de la Unión.

Como consecuencia de las sospechas de derogatoria de la ley que favorece a los inmigrantes cubanos, los albergues de El Paso (sur de Texas), se han vaciado de inmigrantes procedentes de Cuba, que hasta hace poco deambulaban por las calles de esa ciudad fronteriza tras ingresar a territorio estadounidense en su camino para reunirse con familiares que residen en otros Estados de la Unión.

De los más de tres mil cubanos que llegaron a albergarse en El Paso en meses pasados, no quedará ni uno solo para fines de junio debido a que todos recibirán beneficios migratorios. Los cubanos que llegan a Estados Unidos son clasificados de manera automática como refugiados, razón por la que tienen derecho a recibir beneficios gubernamentales.

El senador Republicano Marco Rubio presentó un proyecto de ley para modificar la Ley de Ajuste Cubano, con el objetivo de que sean los cubanos perseguidos políticamente los que realmente obtengan esos beneficios.

Un inmigrante cubano tarda casi tres meses en comenzar a recibir los beneficios federales y en ese periodo suelen permanecer en albergues. Hay diferentes organizaciones que ofrecen beneficios para ellos porque calificaban para recibir diversos apoyos, incluidas las estampillas de ayuda alimentaria, Medicare y unos $500 al mes durante ocho a diez meses como ayuda para pagar el alquiler de una vivienda. AGENCIAS