Nuevos aires en el Ejército


Por mucho tiempo, las Fuerzas Armadas no permitían el ingreso de homosexuales declarados, pero el 2011 el Presidente Obama acabó con esa censura

Angela M. Angulo | 6/2/2016, midnight
Nuevos aires  en el Ejército

El 27 de octubre de 1992, Allen R. Schindler, suboficial y operador de radio del buque USS Belleau Wood de la Marina fue brutalmente asesinado. Aquel fue un crimen de odio: tras innumerables episodios de acoso y burlas, un compañero de armas lo atacó en un baño público en Nagasaki (Japón) y le destrozó el cráneo. Fue un estallido de violencia que se incubaba en las mentes machistas y homofóbicas de la soldadesca desde hacía varios meses.

El asesinato Schindler provocó tal conmoción que se convirtió en parte del debate en la campaña presidencial de 1992. Bill Clinton prometió entonces que, de ser elegido presidente, derogaría la ley que vetaba a los homosexuales de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, cuando llegó al poder no cumplió lo prometido. La presión de la opinión pública lo obligó a recular. Entonces, al Presidente Clinton se le ocurrió un ‘premio consuelo’ que, según su percepción, reduciría las hostilidades contra los militares homosexuales: el 28 de febrero promulgó la ley “Don’t ask, don’t tell” (DADT), según la cual la cadena de mando estaba prohibida de preguntar por la orientación sexual de los soldados, los cuales tampoco debían declarar si eran homosexuales o no.

Desde el terrible asesinato del suboficial Schindler, sucedido hace casi 24 años, algunas cosas han cambiado en las Fuerzas Armadas de este país. La homofobia subsiste, pero ha perdido hegemonía en ámbito castrense, especialmente desde que asumió el cargo el Presidente Barack Obama. Recordemos que el 20 de septiembre del 2011, la cúpula militar de este país tuvo que aceptar que se levantara el DADT.

Otro hito en la historia de este país sucedió la segunda semana de mayo de este año: Eric Kenneth Fanning (47), asistente del secretario de la Marina en 2009, subsecretario de la Fuerza Aérea en 2013 y adjunto del secretario de Defensa el 2015, es el primer secretario del Ejército y número dos en la cadena de mando de las Fuerzas Armadas estadounidenses (solo por debajo del secretario de Defensa) abiertamente gay. Experiencia tiene y eso fue lo que primó cuando el Presidente Obama lo nominó el 3 de noviembre del 2015. Sus credenciales pesaron y por eso fue ratificado unánimemente por el Senado de la Unión. Una prueba más de que la sexualidad de las personas es irrelevante cuando lo que se analiza es su capacidad para cumplir con determinadas tareas y responsabilidades.

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