Los padres tienen la obligación y el derecho de corregir moderadamente a sus hijos. Pero en la intimidad del hogar, muchos los golpean y hasta humillan. Esa acción, que los padres justifican aduciendo que a ellos también los golpearon para ‘corregirlos’, podría tener consecuencias funestas para el menor.

Según diversos estudios psiquiátricos, el golpe disminuye la autoestima de los niños, ya que éstos sienten que nadie los quiere; y lo peor es que incorporarán ese estilo de vida a su futura conducta. Con frecuencia, las personas que maltratan físicamente, fueron maltratadas de niños.

Los especialistas recomiendan no golpear al niño o niña para corregirlo. Toda agresión física tendrá un impacto negativo en el infante, ya que cuando sea adulto podría ser proclive a que lo maltraten, no desarrollará la capacidad de defenderse o se convertirá en un agresor (que en el peor de los casos podría cometer crímenes).

Si usted tiene un niño o niña demasiado inquieto, debe decirle que lo que hace es incorrecto. Algunos ceden. No hay que decirle eres ‘un malcriado’, es lo peor. Tampoco se debe insultarlos. Algunos niños persistirán, y hay que aplicarles un correctivo, suprimirles lo que más les guste, como la televisión, pero una hora, no más. El castigo debe ser gradual si reincide. El niño, mientras más pequeño, tratará de porfiar a los padres, manipularlos. No hay que ceder.

Si su niño no entiende y no acepta las condiciones de conducta, entonces, aunque sea difícil aceptarlo, debe verlo un especialista, ya que podría haber alguna patología psiquiátrica.

Los padres de familia deben tener en cuenta que para un buen desarrollo infantil, ambos deben llevarse bien. Aunque estén separados o divorciados. La ausencia de uno puede generar una carencia afectiva y traer consecuencias. Las grandes preocupaciones de los niños cuando los padres se separan, es que creen que estos los olvidarán, y que la separación fue por su culpa.

Cuando falta uno, otra persona asume ese rol. En muchos casos, son los abuelos quienes cumplen muy bien la función del padre. Sin embargo, la figura de la madre es vital para el niño o niña, por eso es recomendable que, en caso de separación, los menores se queden con la mamá.