El sueño de todo padre es tener hijos que siempre se saquen las mejores calificaciones, que sean los ‘número 1’ de la escuela, que ingresen a la mejor universidad y que tengan el mejor trabajo para que ganen mucho dinero. Pero estos sueños paternos y maternos pueden ocasionar frustraciones en sus hijos.

No es malo querer lo mejor para nuestros hijos, pero no podemos simplemente obligarlos a que sigan lo que los mayores consideramos ‘la senda del éxito’. Cada niño tiene distintas capacidades; por ejemplo, si su hijo tiene mas aptitudes para el arte, es imposible que la matemática sea lo suyo.

El sacar mayor calificaciones no determina la verdadera inteligencia de tu hijo. Un error muy frecuente que suelen cometer los padres y madres de familia es compararlos con su propia historia: “Yo fui un gran estudiante, el mejor de la clase”. O peor, compararlos con otros hijos o con algún familiar. Esto solo ocasiona que tu hijo viva constantemente presionado por ser un estudiante perfecto, tanto es así, que se olvidan que son niños y se saltan esta maravillosa y única etapa en su vida.

Padres y madres de familia del Centro de Texas, no se olviden que sus hijos pequeños son niños, enséñenles lo académico, pero también lo artístico, lo deportivo y todo aquello que los haga mejores personas.