Si estás listo para explorar la ciudad de la herencia alemana, el bazar Fredericksburg Trade Days at Sunday Farms es el primer sitio al que debes ir. A sólo quince minutos de la ciudad, a este lugar debes asistir temprano, con un calzado cómodo y protector solar para recorrer cientos de puestos de comercio al aire libre, un recorrido que te hará, literalmente, levantar polvo.

Cada tercer fin de semana del mes, desde el viernes hasta el domingo, el Fredericksburg Trade Days at Sunday Farms abre sus puertas desde las 9am. a cientos de personas que viajan varias decenas de millas sólo para visitar este exorbitante y encantador bazar.

“Nosotros venimos muy seguido a Trade Days; el viaje es un poco agotador, a nosotros nos tomó treinta minutos, pero vale la pena venir con la familia para distraerse y probar algo nuevo. Aquí el recorrido nunca es igual y el estilo es único”, comenta María Gallegos (37) residente de Comfort (sur de Texas).

Desde que llegas al Trade Days at Sunday Farms el aroma peculiar de la tierra y el ganado te transportan a un ambiente rústico de estilo campestre. El estacionamiento es muy amplio y cuenta con seguridad a todas horas, pero es recomendable llegar temprano por el tráfico que se aglomera en los alrededores. El costo de entrada por coche es de solo $5 y al pagarlo recibes un pase reusable para los tres días.

Desde la entrada se pueden apreciar los puestos de artesanías de fierro, madera, antigüedades en general, ganadería en exhibición y las pequeñas casitas con apariencia del ‘Viejo Oeste’, el toque final para sentir a flor de piel el estilo ‘country’.

Además de una gran variedad de productos coleccionables y llamativos, lo visitantes también podrán encontrar fruta de huertas locales, al igual que plantas para adornar el jardín de tu hogar. El cactus podría ser el nuevo protagonista en tu casa y es que en Trade Days lo verás en cada esquina.

Más de 50 mil pies de terreno ocupado por tiendas al aire libre parecen mucho, pero espérate a recorrer los 72 mil pies de comercio interior en los que podrás encontrar desde tapetes hechos de piel de ganado, sombreros y botas vaqueras, velas aromáticas, cremas para la piel hechas con productos naturales; diferentes tipos de salsa hechas en huertas locales; joyería y ropa hecha a mano y muebles antiguos, entre muchas otras cosas, todo a precios muy razonables.

Uno de los puestos más exóticos y llamativos del Trade Days es el de las ‘cosas encantadas’, y es que este puesto tan peculiar está decorado con figuras de muñecos de plástico. Desde afuera se puede apreciar cabezas de muñecas colgando, cuerpos de muñecas ‘barbies’ posando sin cabeza y maniquís por doquier. Algo que para algunos visitantes asociarían con una película de horror, es en realidad un puesto de reciclaje que tus ojos no podrán de dejar ver.

Mientras recorres las calles entre los puestos del Trade Days, puedes comprar una deliciosa limonada casera o un té dulce fresco por sólo $3, y si no tiras el vaso puedes obtener un ‘refill’ gratuito. Para deleitar el paladar hay muchas opciones. En cada calle podrás encontrar un puesto de comida de BBQ, hamburguesas y ‘hot-dogs’. Y si lo tuyo es lo dulce, por sólo $5 puedes comprar un delicioso ‘funnel cake’ o donas frescas, o bien un ‘corn-dog’ por solo $4. No te preocupes por la falta de dinero en efectivo: el bazar cuenta con ATM.

Y como era de esperarse, la música en vivo no podría faltar. Ésta te acompaña mientras caminas por las calles, invitándote a un recorrido único en su clase. Y si eso no es suficiente, la invitación está abierta para todo el público en el Biergarten, que cuenta con un bar para adultos, ubicado en el centro del bazar. En este rincón, la música en vivo suena a todo lo que da bajo una choza que invita a sentarse en familia y convivir y relajarse después del largo recorrido.

Lo que hoy es una tradición en Fredericksburg fue instaurado por la fisioterapeuta Rhonda Wilcox, quien quería pasar más tiempo con sus tres pequeños hijos, por lo que buscó la manera de crear un negocio que le permitiera poder verlos crecer.

Rhonda inició su pequeño puesto de reventa en un garaje en Blanco (sur de Texas) que nombró ‘3 Chicks’, inspirándose en sus hijos. Jamás imaginó que algo tan pequeño se expandiera hasta la ciudad de Fredericksburg, convirtiéndose en 50 mil pies de comercio con más de 400 expositores, dando paso al Trade Days at Sunday Farms. Ahora ella y su esposo Alan Wilcox han dedicado años a que el Trade Days no pierda su esencia y a que tanto los vendedores como los visitantes se sientan en casa.

“Me encanta Trade Days y las cosas que puedo encontrar y ver aquí. Creo que hacer una visita a Fredericksburg sin haber pasado por aquí no es lo mismo”, dice Amy Smith (27), residente de Austin que viajó una hora y treinta minutos para llegar al Trade Days.

Así como para Amy, que la distancia no sea un impedimento para visitar este extraordinario bazar al aire libre. El Fredericksburg Trade Days at Sunday Farms es uno de los tantos lugares que, aunque lejano, visitarlo resulta una experiencia singular y fascinante que debes vivir.