Los peligros de la hiperconexión
La tecnología es un nuevo medio para la propagación de situaciones de violencia y vulneración de la infancia, lo que amplifica la exposición a peligros latentes de niños y adolescentes
7/14/2016, midnight
Vivimos una época en la que los niños y adolescentes tienen un manejo intuitivo de las tecnologías que en muchos casos supera el de los adultos, quienes ya no tienen la propiedad exclusiva del saber ni de la información. En este contexto, en el que los dispositivos tecnológicos se integran en el esquema corporal y simbólico de los niños, los desafíos para los padres son constantes.
La portabilidad de los dispositivos refuerza la necesidad de que los niños puedan incorporar filtros subjetivos con la ayuda de sus padres, porque sólo así serán eficaces para protegerlos, estén o no físicamente presentes los adultos.
EL DATO
Ante el avance de la tecnología de información, muchos adultos se ‘paralizan’ frente al hecho de que no dominan la tecnología como sus hijos. El riesgo es adoptar un rol pasivo o impotente a la hora de prevenir los riesgos y brindar a sus hijos criterios de protección.
Para los progenitores, la relación de sus hijos con las tecnologías de información y de la comunicación es fuente de distintas percepciones y temores. Padres y madres de familia admiten una profunda preocupación porque sus hijos sean abordados en Internet por un adulto que los ponga en peligro.
El temor es justificado si consideramos que para los niños y adolescentes de hoy interactuar ‘online’ es una condición de existencia y pertenencia social, además de un espacio donde pueden explorar su identidad, intercambiar con otros y socializar. No participar en estos medios, en algún sentido es ‘no existir’, pero participar sin criterios de protección es exponerse a graves riesgos.
Una equivocación muy frecuente entre los adultos es confundir dominio técnico de los niños con capacidad de auto-regulación. Conocer las tecnologías no significa que tengan una real autonomía frente a los peligros que implican las experiencias ‘online’ pero la confusión hace que los padres consideren como ‘dañino’ aquello que no necesariamente lo es, y corriendo el riesgo de no intervenir adecuadamente cuando la situación sí lo requiere.
Cuando la intermediación de padres y madres de familia media la relación de niños y preadolescentes con la tecnología, estos últimos se forman como personas creativas, sociales, conectadas e integradas. Si el vínculo con la tecnología adopta temores infundados o permisos indiscriminados, el resultado es poca autonomía y falta de recursos para formarse como ciudadanos digitales a futuro. AGENCIAS