Inmigrantes indocumentadas necesitan una visita
Grassroots Leadership es una organización que promueve las visitas a mujeres detenidas en el T. Don Hutto
Angela M. Angulo | 1/7/2016, midnight
Cuando nos va mal, casi siempre escuchamos la frase “No te preocupes, alguien más la está pasando peor que tú”, un consuelo que tiene el objetivo de aliviar nuestros pesares. Y dependiendo de qué nos aqueja en nuestra cotidianidad, sí, hay muchas más personas que la pasan mal en este mundo, como por ejemplo, las 500 mujeres presas en el centro de detención T. Don Hutto de Taylor (ubicado a unos 30 minutos al norte de Austin) administrado por la empresa Corrections Corporation of America (CCA).
Cualquiera de las mujeres retenidas ahí, varias de ellas madres de familia, la pasa realmente peor que muchos de quienes podemos gozar de libertad.
Como consecuencia de la presión de las organizaciones civiles proinmigrantes locales y nacionales y de varios reportes de prensa que registraban que bebés de sólo meses de edad vestían uniformes carcelarios y vivían encerrados en celdas parecidas a las de prisiones de máxima seguridad, en 2009 la Administración Obama puso fin a la detención de familias en el T. Don Hutto. Entonces se convirtió en un centro exclusivo para mujeres que llegaron a este país buscando asilo tras escapar de la violencia social de sus países.
Casi todas las detenidas en el T. Don Hutto llegaron desde Centroamérica (Honduras, Guatemala, El Salvador) y el sur de México. Muchas llevan meses y hasta años detenidas ahí antes de ser deportadas a las ciudades de las que escaparon.
La mayoría no tiene parientes cercanos en este país, ni quien las visite y las reconforte. Es por eso que la organización sin fines de lucro Grassroots Leadership creó el ‘Programa de Visitas a Inmigrantes’, que tiene el objetivo de romper con el aislamiento de las detenidas además de difundir en la sociedad el gran impacto emocional que tiene una visita.
COMO GANADO
Las campañas publicitarias concebidas para disminuir la inmigración ilegal advierten sobre la posibilidad de sufrir robos, maltratos, violaciones y hasta de perder la vida si se intenta cruzar el desierto fronterizo, pero no dicen nada sobre la inminente detención del indocumentado en un centro diseñado para hacer dinero con ellos.
El estado de Texas paga a las cáceles privadas un promedio de $117 por persona recluida en los centros de detención. Otras cárceles reciben cerca de $314 por ‘cabeza’, como son llamados los detenidos. Son miles de ‘cupos’ (camas) las que deben ser cubiertas diariamente.
Alejandro Cáceres, integrante de Grassroots Leadership, explica que gracias a este programa cualquier persona que sea residente o ciudadano de este país, interesada en visitar a las detenidas, recibe una orientación informativa de 2 horas (disponibles en inglés y español), para saber qué se puede hacer y qué no durante las horas de visita.
En muchos casos, Grassroots Leadership ofrece una bonificación de $10 a los voluntarios (hombres o mujeres) cuando hacen las visitas, para cubrir el costo de la gasolina y recomiendan visitarlas, por lo menos, dos veces al mes.
El Presidente Barack Obama cerró los centros de detención familiar pero durante su Administración es cuando se ha deportado la mayor cantidad de indocumentados de este país. La mayoría no tenía antecedentes penales ni era una amenaza a la seguridad nacional.
En cada visita, los voluntarios podrán hablar con varias mujeres detenidas en el T. Don Hutto y compartir mensajes de esperanza.
El condado de Travis ocupa el 3er lugar nacional en deportaciones. ‘ICE out of Austin’ (512) 270-1515 es una línea de asistencia si busca a una persona detenida y no sabe su paradero o si usted necesita ayuda.