Según un informe publicado por Ford, la automotriz planea duplicar la capacidad de producción de sus vehículos en México, para centrar sus plantas de montaje estadounidenses en camionetas y vehículos utilitarios, que son más rentable hoy en dia.

Con la construcción de una nueva planta de ensamblaje en San Luis Potosí y la ampliación de una planta de Cuautitlán, Ford añadiría alrededor de 500.000 unidades de capacidad anual, según citan fuentes no identificadas a la automotriz.

El mes pasado un funcionario del gobierno mexicano dijo que el proyecto automotriz más grande del país, sería la planta de Ford en San Luis Potosí, que sería capaz de construir 350.000 vehículos al año.

Ford construyó alrededor de 439.000 vehículos en México en el año 2015, aproximadamente uno de cada siete vehículos que hizo en América del Norte.

El año pasado la automotriz anunció una inversión de $ 2.5 millones de dólares en México, para aumentar la producción de motores y transmisiones.

Entre los vehículos que serán producidos en las plantas de México saldría un vehículo híbrido destinado a competir con el Toyota Prius, que se ofrecerá en una variedad de formatos híbridos. y por ahora tiene un nombre con el código C240.

Se espera que el híbrido C240 ​​pueda llegar en 2018 como modelo 2019. Ford pensó inicialmente construir el vehículo en Michigan, en la planta que dejará vacante el Focus, pero en cambio el fabricante de automóviles tiene previsto dos vehículos de mayor margen en esa planta, la pequeña camioneta Ranger y el SUV Bronco.

Para el 2018 Ford espera poder desplazar de Michigan a México la producción de dos modelos pequeños, el Focus y C-Max. La compañía dijo que el verano pasado que la producción de los modelos se movería, pero sin identificar una nueva ubicación.

La nueva planta de ensamblaje en Cuautitlán construye actualmente el subcompacto Fiesta. Además está consolidando la producción del Fusión, su sedán de mayor venta, en Hermosillo, México, deteniendo su producción en Michigan.

Estos movimientos al otro lado del Río Grande, son parte del contrato de cuatro años alcanzado con la UAW el otoño pasado, donde los trabajadores le dieron al fabricante más flexibilidad para construir vehículos fuera de los Estados Unidos, para compensar los mayores costos laborales que pedían.