Piñatería: cultura y tradición
A pesar de los desafíos, empresaria latina del Este de la ciudad mantiene vivo el arte de confeccionar piñatas
Tania Del Ángel Pich | 12/22/2016, midnight
Aunque las piñatas son originarias de China, éstas llegaron al mundo occidental a través de Europa. Luego arribaron al continente americano. En México, las piñatas se convirtieron en parte fundamental de la cultura y tradición (tal como sucedió en otros países latinoamericanos).
EL DATO
Si desea contactar a la señora Mónica Contreras puede hacerlo a través de su página de Facebook (Jumpolin Piñatas) o llamando al (512) 424-9511.
Actualmente, en México y para los mexicanos en todo el mundo, las piñatas no sólo son indispensables en las posadas, fiestas previas a la Navidad, sino que son utilizadas en las fiestas de cumpleaños, en el ‘Día de Muertos’ y en otras celebraciones tradicionales. Por lo general, entre la comunidad mexicana, el arte de la piñatería es un trabajo que se aprende en casa y pasa de generación en generación. Sin embargo, ese no fue el caso de Mónica Contreras, mujer nacida en Guanajuato, quien inició actividades en el mundo de la creación de las piñatas en Austin por oportunidad, gusto y necesidad.
Contreras recuerda que llegó a este país hace más de 16 años junto a su esposo y con un dólar en el bolsillo; también rememora que comenzó su negocio de renta de mobiliario para fiestas con apenas un par de mesas y doce sillas.
Hoy en día, Contreras cuenta con clientes fieles y brinda cursos sobre esta divertida tradición en el museo de Mexic-Arte de la ciudad. Para conversar sobre sus inicios, los obstáculos que afrontó en el negocio y cómo incursionó en el mundo de la piñatería, El Mundo Newspaper conversó con Mónica Conteras.
– ¿Cómo incursionó en el negocio de la piñatería?
– Al poco tiempo de empezar con el negocio de renta de equipo para fiestas, nos dimos cuenta que los clientes pedían piñatas. Sin embargo, en este país la venta de piñatas no se manufactura porque toma demasiado tiempo para construir una y, por lo general, se paga a los empleados por hora, así que la creación de una piñata resultaría muy costoso. Nos dimos a la tarea de buscar proveedores, pero teníamos que comprar en gran cantidad. Así fue como comenzamos a crear nuestras propias piñatas. Empezamos haciéndolas de cartón, luego de globo y ahora el carrizo (una planta parecida al bambú pero más suave).
– ¿Qué la inspira para crear?
– Creamos las piñatas al gusto del cliente. Es muy difícil contar con un gran inventario porque crear una piñata toma entre 3 y 4 días. Muchos clientes llegan con una idea en mente pero hay otros que nos dicen que confían en nuestro trabajo y es cuando podemos inspirarnos, hacer nuevas creaciones y poner nuestro sello distintivo en ellas.
– ¿Qué es lo que más disfruta de crear piñatas?
– Para mí la creación de piñatas es más terapéutico que laborioso. Yo no hago piñatas en cantidad sino por pedido. Me gusta tener tiempo suficiente para perfeccionarlas; me ayuda mucho con el estrés y la depresión. Además, me gusta poder usar material reciclado, ya que lo que unos ven como basura yo lo veo como material de trabajo.
– ¿Qué precio tienen las piñatas?
– El precio depende del tamaño y lo complicado de la figura. Tenemos piñatas desde 10 dólares, que son las ‘miniatura’, hasta los 50 dólares. Algo que requiera mayor trabajo, con más detalle, está en el rango de 100 a 150 dólares.
– ¿Cuáles personajes o formas son las más populares entre sus clientes?
– Desde hace un año y medio, Donald Trump ha sido el personaje más solicitado por nuestros clientes. Y ahora que ganó la presidencia a lo mejor lo van a pedir menos. En su tiempo, también fue Bin Laden otro personaje popular entre las piñatas, pero en los 16 años que llevo en este negocio, el más popular ha sido Donald Trump. Por otro lado, las piñatas tradicionales que todo el año se venden y que siempre van a estar en el gusto del público son las de burritos, frutas, las estrellas, de deportes, entre otras.
– ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo que ha enfrentado como propietaria de un pequeño negocio?
– Tuvimos una tienda por seis años, cerca del centro; después nos movimos a la calle Cesar Chávez y ahí estuvimos por diez años hasta que un día tuvimos un problema con uno de los dueños del lugar y demolieron la tienda con todas nuestras pertenencias adentro. Nos quedamos sin mercancía y sin utensilios de trabajo. Sólo me quedaron 70 dólares en el bolso y mis clientes fieles. Mi esposo y yo tuvimos que comenzar de nuevo. Sin embargo, la dueña del local Julia’s Craft se ofreció a que, por medio de su tienda, yo pudiera seguir en contacto con mis clientes, y ya tengo con ella dos años.
– ¿Cuál ha sido su mejor estrategia para desarrollar su negocio?
– Creo que a los clientes les ha gustado nuestras creaciones ya que son únicas y diferentes a todas las piñatas que se encuentran en la región. Las redes sociales también han sido nuestras mejores aliadas para que nuevos clientes nos conozcan y nos contacten.
– ¿De dónde son originarios la mayoría de sus clientes?
– La mayoría de nuestros clientes son latinos, pero es increíble cómo en los últimos años ha aumentado mucho el número de clientes estadounidenses que empiezan a conocer la tradición de la piñata y la empiezan a integrar en sus fiestas.
– ¿En que consta su trabajo en el museo Mexic-Arte?
– Mi marido y yo creamos piñatas para las exhibiciones del museo, sobre todo para la temporada de ‘Día de Muertos’ y para las posadas navideñas. También hemos impartido alrededor de ocho talleres acerca de esta tradición, patrocinadas por el museo. Hemos tenido una gran aceptación por parte de los residentes, han asistido hasta 400 personas por clase. Nos damos cuenta que es una actividad que le llama mucho la atención a la gente, y se nota que quieren aprender. Es una actividad que puedes compartir en familia, con tus hijos. Cuando el museo cuenta con presupuesto para ofrecer las clases, me llaman para enseñar sobre este hermoso arte.
– ¿Cómo visualiza su negocio en los próximos años?
– Definitivamente, mi esposo y yo queremos abrir nuestro propio local aquí en la calle Cesar Chávez. Queremos seguir haciendo piñatas, rentando mobiliario para las fiestas, como sillas, mesas y brincolines para niños. Asimismo, queremos ofrecer talleres en nuestro propio local. Quiero que las nuevas generaciones en este país sigan aprendiendo de esta tradición.
– ¿Qué consejo le da a las personas que sueñan con abrir su negocio propio?
– Para lograr un negocio se necesita ponerle todas las ganas y todo el corazón. En este país es mucho más fácil abrir un negocio que en nuestros países de origen. Se necesitan completar muchos trámites, pero son sencillos. Mi marido y yo comenzamos nuestra vida en este país con un dólar y nuestro negocio con dos mesas y doce sillas, así que sí se puede.