Dos ‘Águilas’ de Austin


Los hermanos Manzano fueron convocados por el Club América

Marlon Gomez | 12/15/2016, midnight
Dos ‘Águilas’ de Austin

En casa de la familia Manzano, el fútbol vive en las paredes, en los cuartos, en cada rincón. Por eso no es de extrañar que con apenas 4 y 6 años, Ely y Juan Manzano se unieran al equipo de fútbol de la escuela Cedar Creek.

Desde entonces han pasado 12 años y los jóvenes han crecido y cambiado, pero su sueño sigue siendo el mismo: convertirse en jugadores profesionales.

Hoy están más cerca de esa meta y es que los hermanos Manzano viajaron en septiembre pasado para ser parte de un proceso de evaluación y selección del Club América en Ciudad de México. Y aunque no se quedaron, no regresaron con las manos vacías, ya que el club los ha invitado a regresar el próximo verano para participar en una jornada mucho más intensa que los acercaría aún más a su meta.

Hijos de ‘Águila’

En el hogar de los Manzano, el fútbol se lleva en la sangre. El señor Gilberto Manzano fue jugador por años, llegando incluso a ser parte de las fuerzas básicas del Toluca.

La señora Ruby jugó fútbol en la preparatoria y hasta el pequeño Ángel ya muestra interés por el balón.

Juan y Ely recuerdan que su papá les regaló unos tachones para jugar en el parque. Fue don Gilberto quien les enseñó lo básico de cómo observar las jugadas dentro del campo, cómo tocar y recibir el balón y cómo hacer un pase, entre otras cosas.

Saber que sus hijos tienen la oportunidad de ser parte del equipo del que han sido fanáticos toda su vida es una gran alegría y un gran orgullo. “Es su sueño hecho realidad y nosotros estamos dispuestos a apoyarlos”, dice Ruby, quien asegura que cualquier sacrificio que deban hacer para que sus hijos regresen a México a triunfar “vale la pena”.

Más que un sueño

Ser parte del América no es simplemente un logro profesional para estos jóvenes que respiran fútbol, ya que en casa de los Manzano todos son fanáticos de las ‘Águilas’. De hecho, uno de los recuerdos inolvidables para Ely se remonta al 26 de mayo del 2002, cuando el América venció al Necaxa por 3 a 0, convirtiéndose en campeón de la Liga MX.

ORGULLOSO. Gilberto Manzano, papá de Ely y Juan, fue su primer entrenador.

ORGULLOSO. Gilberto Manzano, papá de Ely y Juan, fue su primer entrenador.

“La emoción era indescriptible, uno de los mejores recuerdos de mi infancia”, dice Ely, quien juega como portero. No por coincidencia se confiesa admirador de Guillermo Ochoa.

Además de la alegría y la pasión por el fútbol, a su corta edad los hermanos Manzano saben que esta oportunidad implica una gran responsabilidad: entrenar más fuerte y mejorar cada día, porque obtener el pase definitivo al club no es tarea fácil.

“Allá (en Ciudad de México) no llevan a jugadores malos. Unos mejores que otros, pero todos son buenos y la competencia es fuerte”, dice Juan Manzano, para quien lo más difícil fue enfrentar los cambios de altura y clima. A pesar de eso, nada lo desanima y por eso se prepara con mayor dedicación para regresar el próximo verano. Juan juega como volante y sus ídolos en el terreno de juego son Rubens Sambueza, Xavi Hernández y Ronaldinho.

El cielo es el límite

Los hermanos Manzano pasan al menos dos horas diarias entrenando con el equipo de la escuela. Dos días a las semana practican dos horas adicionales con el Austin Real Cuauhtémoc (ARC), equipo con el que han ganado dos campeonatos y dos copas de la Texas Premier Soccer League (TPSL) y casi todos los fines de semana tienen juegos con sus dos clubes.

Su dedicación al fútbol no termina en la cancha. En casa, al terminar sus tareas, se divierten con videojuegos de fútbol. “El balón es tu padre, es tu hijo, tu novia... es parte de tu día a día, es tu vida”, dice Juan Manzano al describir su pasión.

Su madre, siempre les dijo a sus hijos que no existen barreras que no se puedan vencer ni metas que no se puedan alcanzar y por eso los hermanos Manzano están seguros que con disciplina y empeño lograrán llegar lejos.

Para Ely el mayor sueño sería jugar con el Real Madrid, mientras Juan prefiere no imaginar un equipo, sino la posibilidad de jugar de forma profesional con cualquier equipo, en cualquier país, siempre y cuando pueda vivir por el fútbol.

Ruby Manzano está segura que esos sueños se harán realidad y ansía el momento de entrar a un estadio portando la camiseta con el número y el nombre de sus hijos.

Also of interest