Cada vez es más común ver cómo las parejas, al terminar su relación, se sacan en cara cosas que no pudieron resolver cuando estuvieron juntos.

Si bien no todos pueden terminar en buenos términos, ya que algunas relaciones acaban por alguna infidelidad o conflicto insalvable, es necesario seguir con la vida y rescatar lo valioso.

Sé sincera siempre. Las frases ‘No eres tú, soy yo’, ‘te mereces una mejor mujer’, ‘necesito tiempo’, son clichés que sólo crearán expectativas a tu pareja. Él pensará que aún puede recuperarte y eso impedirá que cada quien siga su camino.

Culpar al otro de lo que hizo, te estancará en el pasado. Si tienes mucha rabia, ira o quejas e impotencia, desahógate, llora, grita, expulsa tus emociones, habla con tus amigas para dejar ir todo lo que te deprime. Otra opción de desahogo es escribir cartas describiendo cómo te sientes y luego quemarlas. Eso te ayudará a resolver el conflicto que tienes contigo y servirá como una sanación interior. Trabaja en ti. Enfócate en lo que te brinde paz. En esta etapa, no es nada recomendable empezar una nueva relación.

Finalmente, permite que tu expareja siga su camino sin que tú estés pendiente de lo que hace. Déjalo ir. Elimínalo del Facebook y de cualquier otra red social, borra su número de tu celular, aleja de ti las cosas que te recuerden a él: cartas, regalos. Esa liberación te permitirá sanar más rápido.