Una moda que incomoda


La tendencia del vestuario de los “narcos” llega a Austin desconociendo lo prohibido

4/14/2016, midnight
Una moda que incomoda

Con el paso del tiempo la lucha contra el crimen organizado ha logrado cruzar países y fronteras volviéndose un tema popular que ha contribuido a la mitificación de los líderes del crimen organizado. Tan así es, que la sociedad, en vez de percibir negativamente a los delincuentes, los aprueba, convirtiéndolos en elementos culturales contemporáneos. Así lo confirman los “narcocorridos” y las exitosas “narconovelas”, además del auge de los tatuajes que ensalzan al narcotráfico y la “narcomoda”, tan común ahora en Austin, en Texas y en todo el país.

ÍDOLO NARCO. “Jesús Malverde” simboliza la protección del camino. Los narcotraficantes le piden no ser capturados y también que cuiden su dinero y de sus seres queridos.

ÍDOLO NARCO. “Jesús Malverde” simboliza la protección del camino. Los narcotraficantes le piden no ser capturados y también que cuiden su dinero y de sus seres queridos.

José Manuel (40), dueño de la tienda Furia Western Wear (2237 E. Riverside Dr. Austin TX 78741) que se especializa en ropa y botas vaqueras, nos cuenta que tras la captura de “El Chapo” Guzmán el pasado 8 de enero, la demanda por la camisa que portaba el narcotraficante durante su captura no tuvo precedentes: la gente estaba dispuesta a pagar los $130 que cuesta la prenda y esperar dos semanas por ella. “Venían personas a preguntar por la camisa del “Chapo” y su precio. Nosotros no la teníamos en inventario, así que ordenamos unas en línea. La demanda era tan grande que se agotaron de donde las estábamos ordenando y la espera era de hasta un mes”, comenta José Manuel.

La “chapocamisa” ha sido sólo el principio de una avalancha comercial. En el Austin Country Flea Market (la pulga de la Hwy. 290) se puede encontrar desde gorras con la hoja de marihuana en la parte frontal; estampillas con la imagen del “Jesús Malverde”; artículos de santería con íconos del narcotráfico; hasta camisas con el rostro de “El Chapo” Guzmán e inscripciones halagadoras, que cuestan $20.

José Manuel menciona que durante los diez años que su negocio tiene en el mercado, ha notado que su clientela ha variado en los últimos años. De hombres de entre 35 a 40 años, pasó a atender a jóvenes de 18 años y a más mujeres. “Todos tenemos estilos diferentes. No necesariamente porque una persona se vista con la onda vaquera es que esté interesada en la “narcomoda”, pero sí hay un estilo y ese estilo deriva de esa moda. Ahora hasta las mujeres lo buscan, noto que los corsés son lo que más les interesa”, observa José Manuel.

EL INICIO DE LA “NARCOMODA”

¿Cuándo y cómo es que comenzó esta “peculiar” moda? Rebuscando en los registros periodísticos, se puede decir que todo empezó a fines de los ochentas, cuando “reinaba” la familia Arellano Félix y su cartel de Tijuana. Esta familia impuso una imagen poderosa e intimidante con las llamativas camisas plateadas estampadas, las grandes hebillas de cinturón hechas de oro, los relojes, las gruesas cadenas de oro sólido, las botas de piel de serpiente y las camionetas con figuras decorativas.

Esta “moda” persistió por algunos años hasta que en agosto del 2003, durante la captura del narcotraficante méxicoamericano Edgar Valdez Villareal, conocido como “La Barbie”, el “estilo narcotraficante” dio un giro drástico.

Como recordará el público, durante su presentación a la prensa mexicana e internacional el capo portaba una playera Polo Ralph Lauren de notorios estampados y tenis Nike Max Air. A solo días de la captura del delincuente, la playera del sicario se convirtió en tendencia.

Lo mismo sucedió con el narcotraficante mexicano Vicente Carrillo Leyva, conocido como “El Ingeniero”, líder del cartel de Juárez: cuando fue confirmada su captura en abril del 2009, lucía una sudadera Abercrombie & Fitch.

JOSE MANUEL.

JOSE MANUEL.

Ambos instalaron en la percepción popular una nueva imagen de los narcos: modernos, frescos y casuales. Así fue asentándose la “narcomoda” y ahora es una tendencia cuyos máximos consumidores (y expositores) son los jóvenes, a quienes no les importa copiar el estilo de delincuentes que han ocasionado miles de sangrientas muertes.

NARCOCORRIDOS

Son canciones que “glorifican” las acciones del crimen organizado y también el uso de armas, el trasiego de drogas, el apego al dinero y al poder; denostando de las mujeres y justificando la violencia. Los “narcocorridos” son populares en los clubes y en los bares e incluso en las fiestas domésticas.

NARCONOVELAS

La televisión es decisiva en la difusión de la “narcocultura”. A ella se debe el éxito de “narconovelas” como “El Señor de los Cielos”; “La Reina del Sur”; “Escobar, el Patrón del mal”; “La Querida del Centauro”, entre otras. Las “narconovelas” presentan a los capos rodeados de lujos y casi intocables ante la autoridad, logrando atraer la atención de los jóvenes que son los principales receptores de estas producciones.

SANTERÍA NARCA

De acuerdo con Mary Louisa Cantú, propietaria de Cantu’s Mexican Imports and Lee’s Healing Center, tienda ubicada al sur de la calle Primera, el santo “Jesús Malverde” tiene gran demanda: “La mayoría se encomienda ya sea al ‘Malverde’, a quien buscan más que nada para protección, o a ‘La Santa Muerte’. Compran los escapularios que pueden usar en el cuello o las estatuas para hacer su altar. Pero hay personas que no necesariamente son parte del “narco” ni están interesadas en el tema, y compran determinados artículos o imágenes porque creen en ellas y las veneran”. El precio de los “narcosantos” varían dependiendo del tamaño y del material; los escapularios del “Malverde” cuestan a partir de $10; las imágenes con oraciones y las velas valen a partir de $5. Mary Louisa ha mantenido su negocio activo por 30 años. Ella dice que los jóvenes se han convertido en parte importante de su clientela. La mayoría busca la imagen del “Malverde” y su oración con el fin de encontrar protección.

NARCOTATUAJES

Tanto hombres como mujeres se tatúan diseños del “Malverde”, imágenes de la muerte e incluso los nombres de los capos. Para Alfonso Pérez (33), tatuador profesional y dueño de Revolution Tattoo, ubicado al Sur de la Congress Avenue, el tatuarse la imagen de la muerte o incluso un “Malverde” no significa necesariamente querer ser parte del “narco”.

ELLAS Y LA MODA

La “narcomoda” para ellas es símbolo de extravaganza y lujo. En el mundo del “narco”, a ellas se les denomina “buchonas”, mujeres que lucen senos grandes, cintura de avispa, cabello largo, las manos llenas de joyería de oro, bolsas de marca, uñas colmadas de pedrería e imágenes de la iconografía narcotraficante.

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