“Fui muy promiscuo”


Raúl Méndez confiesa su lado perverso, dulce y terco

Marlon Gomez | 4/14/2016, midnight
“Fui muy promiscuo”

Ya sea como el ex presidente colombiano César Gaviria (Narcos), como el delincuente Víctor Casillas (El Señor de los Cielos) o el machista celoso y abusivo Joaquín Flores (Sense8), el actor mexicano Raúl Méndez (40) demuestra su profesionalismo dando vida a personajes de diferentes matices. Ahora podemos disfrutar de una nueva personificación, de nuevo como antagónico, en la segunda temporada de la serie ‘La Viuda Negra’.

‘La Viuda Negra’ se transmite de lunes a viernes, a las 9pm., por UniMás.

Raúl Méndez nació en Coahuila (México). Es un actor apasionado que ha paseado su talento por el cine, el teatro y la televisión. Tiene en su haber casi 30 películas y 20 series televisivas, ganándose el respeto y la admiración de cientos de miles en el continente americano.

Al igual que en su carrera, en su vida personal Méndez tiene diferentes matices interesantes para explorar. Sin tapujos, el artista se confesó desde Bogotá con El Mundo Newspaper, mientras culminaba las grabaciones de ‘Narcos’ y poco antes de regresar a México para prepararse a iniciar las grabaciones de la segunda temporada de ‘Sense8’.

¿Qué fue lo mejor de grabar ‘La Viuda Negra’?

Fue una gran experiencia y me dejó grandes amistades.

¿Fue difícil para ti tener que mudarte a Colombia?

Siempre es un reto cambiar de país, cambiar de hábitos, compañeros y manera de actuar, pero eso es lo que siempre busco: crecer en todos los sentidos. Estar en Bogotá, compartiendo la piel con ‘El Diablo’ y César Gaviria también ha sido un reto.

¿Qué tiene ‘El Diablo’ que lo hace diferente de otros villanos?

De entrada, lo primero que hago es quitarme las palabras ‘el malo’ o ‘el villano’, porque te metes en un mundo de estereotipos. Yo no tomo el personaje porque sea bueno o malo, lo trabajo como un ser humano y punto. Para mi él es un empresario y negociante. Si su negocio (las drogas) es bueno o malo, ya debe ser el público quien lo juzgue. Es cierto que está contra el protagonista, pero también tiene un lado humano y la audiencia se puede identificar con él en algunos aspectos.

De tu amplia trayectoria, ¿tienes algún personaje favorito?

Sería injusto con mis personajes escoger uno solo. El teatro me da la emoción de lo presente, de no tener margen de error y experimentar la reacción del público. Todos mis personajes me han dejado un gran aprendizaje y los personajes que he llevado al escenario me han preparado para nuevos retos, pero absolutamente todos me han hecho el actor que soy ahora.

¿Qué papel te gustaría interpretar?

Me gustaría interpretar a una monja o una mujer en general. No quiero interpretar a un transexual, sino a una mujer, un personaje escrito para una mujer de principio a fin, que el público se pregunte dónde estaba el actor. Eso sería un gran reto, casi imposible.

Sería como regresar al siglo XVII cuando las mujeres no podían actuar…

Así es. Además, como actor debes manejar ambas energías, la masculina y la femenina, y te puedes permitir cualquier fibra porque tienes la excusa del personaje. Pero sería interesante poder dominar la energía femenina hasta el punto de interpretar a una mujer.

Estás actuando en dos series relacionadas con el narcotráfico y no son las primeras. ¿Te da miedo que te encasillen?

Los personajes son diferentes, en uno soy un narcotraficante, en el otro soy el presidente de Colombia. No me pueden encasillar como actor. El tema de ambas es el narcotráfico, pero esa es otra cosa; aunque te digo que sí me gustaría buscar un papel en una historia diferente, porque a mi este tema que está tan de moda ya me cansó un poco.

En los últimos años has hecho varios antagónicos, pero en lo personal, ¿eres también un diablo?

No, pero me encantaría (risas). Por eso me gustan estos personajes, porque nunca me atreví a hacer este tipo de cosas. A lo mejor a través de ellos vivo cosas que nos dan curiosidad pero que no te atreves a vivir. Los personajes antagónicos te dan esa libertad.

¿Cuál ha sido tu peor fechoría?

Andar con mi novia, a los 15 años, brincando de motel y motel. En vez de andar agarrados de la mano, estábamos de traviesos. También fui bastante promiscuo.

¿Tienes un lado suave?

Mi debilidad es que me enamoro perdidamente. Cuando me enamoro soy sensible, dedicado y detallista.

Entonces nada que ver con los villanos que interpretas.

En mi vida diaria soy tan opuesto a mis personajes; soy muy sensible. Cuando veo un niño pidiendo limosna lloro porque me duele. La contaminación me hace cuestionar el mundo constantemente.

¿Tan sensible que lloras en el cine?

Hasta con las películas más bobas, pero bien logradas, lloro. Acabo de ver en Netflix el documental sobre la vida de Amy Winehouse y estaba con los pañuelos al lado, llorando, porque es triste ver cómo una mujer talentosa y sensible fue destruida por un entorno de drogas y no pudo controlarlo. Si una película está bien hecha, toca mis fibras y me conmueve.

¿Tienes un lado terco?

Soy hiper perfeccionista en el trabajo. Si tengo un compañero de trabajo que no está preocupado por la escena, sino que está pendiente del teléfono, me desespero, me pone muy mal. Trato de respetarlos, pero soy neurótico con mi trabajo y quiero que cada escena se haga de la mejor manera.

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