En dos años Michael Pearson (44) podrá salir de prisión y rehacer su vida, sin embargo, ya libre se enfrentará a las dificultades que conlleva ser un exconvicto. Una de esas desventajas serán sus tatuajes. Esos grabados en su piel serán determinantes para reintegrarse en la sociedad y para conseguir empleo.

Para facilitar la asimilación de los exreos a la comunidad, el Sheriff del Condado Travis, Greg Hamilton, impulsa una iniciativa que es respaldada por la Texas Laser & Aesthetics Training Academy: quitar los tatuajes utilizando un láser. El programa es gratuito para los presos del Condado Travis en la correccional Del Valle.

“Creo que remover esos tatuajes les brindará (a los presos) un apoyo extra al salir de prisión”, comentó el Sheriff Hamilton quien trabajó meses en este proyecto.

Michael Pearson fue uno de los primeros prisioneros de la correccional en recibir el tratamiento. En cuestión de minutos le fueron removidos parte de los tatuajes que tenía en los dedos. Pearson comenta que el proceso es un poco doloroso, pero que la posibilidad de estar apto para reintegrarse a la sociedad es mayor que su deseo de tener marcados los brazos, el cuello y el pecho.

El programa inició el pasado 1 de septiembre y –hasta el cierre de esta edición– ya contaba con 12 presos dispuestos a participar en él.

Durante los próximos meses, los reos que califiquen para este tratamiento deberán pasar por un examen físico para determinar si son aptos para recibir las sesiones iniciales que les permitirá quitarse tatuajes de las manos, cuello, brazos, pecho, espalda y cara.

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