La Sheriff del Condado Dallas, Lupe Valdez, dio la orden de no detener por más de 48 horas a los inmigrantes indocumentados que hayan cometido una ofensa menor que sea punible con sólo una multa, evitando así que decenas de indocumentados sean procesados por agentes del Immigration and Customs Enforcement (ICE) y pasen a custodia federal. En Texas, las fuerzas del orden pueden detener y arrestar a una persona por faltas como no utilizar el cinturón de seguridad o infracciones a las reglas de tránsito.

La acción de la Sheriff Valdez colmó la paciencia del Gobernador Greg Abbott, que pidió a la Legislatura Estatal (cuya mayoría es del Partido Republicano) la elaboración y aprobación de un drástico proyecto de ley que prohíba todas las ‘ciudades santuario’ en Texas. El controvertido tema, tantas veces superado en pasadas gestiones legislativas, sería abordado en el 2017.

En este país se conoce como ‘ciudades santuario’ a aquellas que, aunque no expresan abiertamente su apoyo a los indocumentados, son conocidas por no ser agresivas con ellos a través de sus fuerzas del orden y de las leyes locales. En Texas, además de Dallas, Houston y Austin (la capital) también son consideradas ‘ciudades santuario’.

Organizaciones civiles como Workers Defense Project, League of United Latin American Citizens, Coalition of Mexican Organizations y United We Dream, entre otras, han pedido a las autoridades locales que no colaboren con el ICE debido a que esa sociedad perjudica la confianza de la comunidad hispana hacia las autoridades. En Austin, el jefe del Departamento de la Policía, Arturo Acevedo, coincide con esa preocupación.

Es oportuno recordar que decenas de condados en todo el país han cancelado su colaboración con el ICE para no perder la confianza de la población. La mayoría de autoridades locales piden que el Gobierno Federal se haga cargo de la situación y la mejor forma de hacerlo, según las encuestas de nivel nacional, es aprobando una reforma migratoria integral con un camino a la ciudadanía.