Desde hace casi tres décadas sabemos que las abejas se están muriendo y, auque no se conoce a ciencia cierta de que, las consecuencias pueden ser catastróficas para nosotros. Esta no es la primera vez que el ser humano olvida en qué posición se ubica dentro del delicado equilibro del planeta. ¿Qué está pasando con las abejas?

La razón del descenso en su población aún no es del todo clara, pero existen dos hipótesis: la acción humana (a través del uso de los pesticidas) y el aumento de enemigos naturales de esta especie: la ‘Varroa Destructor’ y el ‘Acarapis Woodi’. El primero de ellos da una muerte horripilante a las abejas. Se introduce a las celdas de la cera donde están las larvas de abeja y se alimenta de ellas. Cuando la abeja nace, el invasor rompe la celda y en ese momento todos los ejemplares de la Verroa que se alimentaron y reproducieron en dicha celda empiezan a atacar a las demás. En dos días, destruyen toda la colonia. La ‘Acarapis’ es microscópica: se introduce en el sistema de respiración, la infecta, la debilita y causa su muerte.

Respecto de los insecticidas, el principal responsable es el ‘Neonicotinoides’ un compuesto muy parecido a la nicotina. La idea de usarlos es para atacar el sistema nervioso de los insectos y plagas que asolan cultivos. Sin embargo, las abejas terminan por quedar tan confundidas que terminan muriendo en su colmena sin alimento ni conexión con la colonia.

La desaparición de esta especie significaría, además de la desaparición de la miel, la baja en los alimentos que consumimos. Una de cada tres comidas que el hombre consume es posible gracias a las abejas. Además, afectaría la producción de alimentos que consume el ganado y otros animales de consumo humano.