En agosto del 2014, el fallo de la Juez de Distrito Claudia Wilken le permitió a las universidades estadounidenses ofrecer a los jugadores de fútbol americano y baloncesto pagarles hasta $5 mil al año por concepto de compensación diferida por el uso de sus nombres e imagen. De haber entrado en efecto esa disposición, además de sus becas, los atletas hubieran comenzado a generar ingresos para el año escolar 2016/2017. El dinero acumulado lo recibirían al término de sus carreras universitarias. Sin embargo, el Noveno Tribunal de Circuito de Apelaciones decidió recientemente permitirles a las universidades seguir utilizando los nombres e imagen de sus estudiantes atletas sin pagarles un centavo.

Aunque con el fallo del tribunal federal la NCAA se libró de que las escuelas comiencen a ofrecer dinero a sus estudiantes, este diferendo legal está lejos de resolverse: existe la posibilidad de que la NCAA lleve el caso a la Corte Suprema.

Según la revista ‘Forbes’, la NCAA produce actualmente casi 11 billones de dólares al año en beneficios derivados del deporte universitario, cifra superior a lo que produce la National Basketball Association (NBA) y la National Hockey League (NHL). El talento deportivo se paga caro en los colegios y universidades de este país, pero los cheques no van a las cuentas de los jugadores.

Es oportuno recordar que en enero de este año los integrantes de la NCAA votaron a favor de darle a las escuelas la opción de permitir becas deportivas que cumplan con el costo total de la asistencia de sus estudiantes atletas, estipendios que varían de $1,500 a $6mil, dependiendo de cada universidad.