La Agencia de Protección Ambiental descubrió que entre el 2008 y el 2015, la Volkswagen había fabricado coches de motor diésel con un software que les permitía falsear la emisión de gases contaminantes. Este dispositivo se encendía cada vez que los coches pasaban las revisiones técnicas, así emitían menos humo. Pero en la realidad cada coche era cuarenta veces más contaminante que lo permitido.

Tras el anuncio de este grave defecto, las acciones de la empresa líder en venta de automóviles en el mundo se desplomaron en la Bolsa de Valores en cuestión de horas. Hasta el cierre de esta edición había perdido casi $40 mil millones.

En Estados Unidos, la Volkswagen podría enfrentar multas de 20 mil millones de dólares por los vehículos que manipuló para mentir en las pruebas ambientales. Es oportuno recordar que la Volkswagen reconoció que podrían ser 11 millones los automóviles afectados en todo el mundo. Pero el gran daño a su reputación será lo más caro que pague la empresa, más que las multas que se le puedan imponer. AGENCIAS