“El Circuito de las Américas reúne las mejores curvas de varios trazados del mundo”. Así define Esteban Gutiérrez, tercer piloto de Ferrari, la experiencia de conducir en el Circuito de las Américas (COTA) en Austin.

Pero no todo lo que brilla es oro. Apenas tres años más tarde de su inauguración, la pista se enfrenta a la posibilidad de no poder seguir albergando una de las carreras más populares de la Fórmula 1, el Gran Premio de Estados Unidos.

Las razones son financieras: el Gobernador Greg Abbott anunció que reducirá, al menos en un 20%, la subvención que le aporta el gobierno estatal a la pista.

Las cifras son millonarias y a muchos les parecerá absurdo que la pista requiera un financiamiento público anual de $25 millones cuando la Fórmula 1 recibe millones en patrocinios, venta de mercancía y boletos. Pero COTA no le pertenece a la Fórmula 1.

De hecho, el Circuito de las Américas es una empresa privada controlada, principalmente, por Bobby Epstein y el magnate del automovilismo Red McCombs.

Ahora, resulta importante hacer memoria: cuando el Circuito de las Américas se empezó a construir en el 2010 se invirtieron cientos de millones de dólares, pero no todo salió del bolsillo de sus dueños: un gran financiamiento fue aceptado bajo la premisa de que las ganancias y la inyección de fondos públicos permitirían pagar la deuda en unos 10 años.

Rick Perry, para entonces gobernador, se comprometió con firmar un cheque de $25 millones al año, por diez años, mientras el Concejo Municipal de Austin también aportaría otra parte de los fondos de la Alcaldía.

Rey muerto, rey puesto

De acuerdo a las declaraciones de McCombs, el estado vería a largo plazo los frutos de tal inversión, con incentivos como el turismo y los impuestos. Ahora bien. Un nuevo Gobernador y un recién electo alcalde cambiaron ese pacto. De acuerdo a diversos portales informativos, el presupuesto estatal para el COTA de este años ería de $19 millones.

Los empresarios creen que eso amenaza la continuidad del Gran Premio de Estados Unidos, ya que para el año que viene la Gobernación podría reducir nuevamente la cantidad.

Esta decisión podría surgir después de conocerse que eventos deportivos, como carreras de Nascar, requieren inversiones menores a $1 millón anual y generan mucho más turismo e ingresos que la Fórmula 1 en el COTA. Sin embargo, la respuesta oficial de la oficina del Contralor atribuye la decisión a que “han calculado” nuevamente el impacto económico de la carrera.

No alcanza

El Circuito de las Américas requiere de otras actividades para mantenerse. Festivales y conciertos musicales, el MotoGP, los X Games y demás eventos que también se celebran en sus instalaciones y generan parte del dinero que se requiere. Pero el estado y la ciudad siguen lejos de ver ganancias.

De hecho, al cierre de esta edición, COTA no había pagado el ‘canon’ que pide la Fórmula 1 a las sedes de las diferentes competiciones. Ellos podrán pagar hasta final de año, pero esto podría no pasar.

“Reciben dinero del estado y ese dinero estatal llega siempre tarde, por eso se retrasarán”, explica Bernie Ecclestone, presidente de la empresa que maneja la Fórmula 1, pero tampoco descarta acciones legales. Pero el público en EU sigue sin aumentar su afición por la carrera, lo que no ayuda a incrementar los patrocinios.

Sin duda, el bolsillo pone en ‘jaque’ no sólo la carrera, sino al complejo deportivo, sus inversores, promotores e incluso a grandes eventos que encontraron ahí su sede. Por ahora, sólo queda esperar que no llegue el ‘mate’.

$30 millones de euros debe pagar COTA a la Fórmula 1 para tener el derecho a ser sede del Gran Premio de Estados Unidos.

$300 millones ha sido hasta ahora impacto económico estimado para el estado.

$7 millones fue el monto de impuestos que el condado Travis le facturó a COTA en el 2014, lo que forma parte de los gastos anuales de la pista.