Unidos por la maternidad responsable
Angela M. Angulo | 11/12/2015, midnight
En el 2010, el índice de alumbramientos entre las adolescentes de este país fue el más bajo en setenta años. La tendencia a la baja siguió su curso y en eñ 2013 se dio una reducción del 22%. Esta es una noticia feliz, especialmente porque el descenso de adolescentes embarazadas es igual en todos los grupos raciales y étnicos de los cincuenta Estados de la Unión.
Las cifras de adolescentes gestantes han disminuido notoriamente en los últimos diez años pero aún queda mucho por hacer para acabar con este dilema social
Sin embargo, en Texas los embarazos entre adolescentes todavía son un problema que debe afrontarse cuanto antes. Entre los factores que estarían influyendo en el avance de este fenómeno destacan la poca información que los jóvenes tienen sobre métodos anticonceptivos y, especialmente, por las nuevas conductas sexuales entre adolescentes. Ese aumento de la actividad sexual es consecuencia de un factor social innegable: el ambiente en el que crecen está altamente sexualizado.
La importancia de este tema se debe a que el impacto del embarazo en la salud de las adolescentes es devastador, debido a las reacciones físicas y a las emociones que conlleva la gestación. El cuerpo de una menor no está preparado para albergar un bebé. Ser una adolescente gestante implica riesgos antes, durante y después del embarazo. La estructura anatómica de esa menor no ha madurado lo suficiente como para afrontar un trance de esa dimensión; su esqueleto no está preparado para soportar el peso de la panza; la pelvis no está desarrolla para dar paso al bebé durante el parto y, después del nacimiento, las madres pueden presentar cuadros de anemia.
EL DATO
El 30% de las mujeres estadounidenses se embaraza antes de los 20 años. El 82% de los embarazos adolescentes no son programados.
Hay casos en que estas complicaciones de salud pueden derivar en la muerte de la menor. Diversos estudios realizados en este país sobre salud sexual y reproductiva han llegado a esa conclusión.
Actualmente, la mayoría de las mamás adolescentes en Texas reciben ayuda del Gobierno Federal a través de cupones de alimento y asistencia para vivienda, por mucho más tiempo que aquellas mujeres que se embarazan entre los 25 y 35 años.
La tarea de las autoridades texanas será diseñar una eficiente estrategia de educación sexual para los adolescentes. Hablarles de sexo con los adolescentes no significa necesariamente despertar en ellos el deseo sexual. Es de vital importancia reducir las estadísticas de las madres adolescentes, para que esas jóvenes tengan la opción de un proyecto de vida.