Vulnerables y desconfiados ante la autoridad
La mala conducta de la policía en muchos Estados de la Unión afecta especialmente a la comunidad afroamericana
Angela M. Angulo | 5/7/2015, midnight
El año pasado fue Ferguson (Missouri). Y antes Texas, California y Florida. Siempre New York. El mes pasado fue Carolina del Sur. Y ahora es Baltimore (Maryland), cuya población protestaba pacíficamente por la muerte de un joven afroamericano a manos de un policía blanco. Todos estos escándalos tienen como desafortunados protagonistas a blancos (victimarios) y afroamericanos (víctimas). El sesgo discriminatorio y racista está ahí.
Estas raras y frecuentes ‘coincidencias’ han calado en la población del país; especialmente en aquellos que sólo habían escuchado de maltratos contra las minorías pero nunca lo habían visto. La reprobable conducta de la policía se ha institucionalizado en las zonas pobres de muchas ciudades del país, afectando especialmente a la comunidad afroamericana, una minoría que vivido y sufrido maltratos desde que se fundó este país.
Ahora sabemos de muchos casos gracias a la tecnología, porque la ciudadanía tiene la potestad de filmar las conductas inapropiadas de nuestros agentes del orden. Las cámaras de los teléfonos celulares hacen la diferencia entre la impunidad y la denuncia pública. Ahora es más difícil para los departamentos de policía negar e ignorar las acusaciones serias en su contra. Ya no es tan fácil defender a los compañeros de armas.
EL DATO:
El Departamento de Policía de Baltimore ha pagado $5.7 millones entre el 2011 y el 2014 a víctimas de abuso policial.
El Departamento de Policía de Baltimore ha pagado millones de dólares en indemnizaciones pero (en muchos casos) los policías no han sido sancionados por sus superiores. Pero esta impunidad existe también en otras partes del país. La brutalidad policial no es un hecho aislado o exclusivo de una determinada ciudad. En el condado de Los Ángeles, por ejemplo, la policía ha disparado a muerte a cientos de personas sin que se procese a un solo agente desde el 2001. Y recordemos que en los primeros años de este nuevo siglo, el Departamento de Policía de Austin estuvo involucrado en varios escándalos debido a que sus agentes disparaban primero y preguntaban después.
El poder de los sindicatos de policías tiene que ver con la falta de rendición de cuentas. Ahí nace la impunidad. La ‘guerra contra las drogas’ destruyó, hace décadas, la necesidad de tener causa probable de que se haya cometido un crimen. En nombre de esa campaña, apoyada por políticos Demócratas y Republicanos, los policías empezaron a vulnerar derechos constitucionales básicos y se convirtieron en los enemigos de la comunidad. La desconfianza en las autoridades garantiza la desconfianza de las minorías afroamericana e hispana cuando se trata de lidiar con la policía. ¿Se puede pedir que la población respete reglas que la policía vulnera con tanta facilidad e impunidad?