Servando Gómez Martínez (49), alias ‘La Tuta’, fue el capo más buscado de México hasta su captura el pasado 28 de febrero. Este narcotraficante que alcanzó gran atención mediática en los últimos años, es líder del sanguinario cártel de Los Caballeros Templarios. Pero ese liderazgo no tenía nada de glamoroso, ya que se vio obligado a adoptar una vida de bajo perfil en la sierra de Michoacán.

Dueño y señor de esas montañas, ‘La Tuta’ podía esconderse en cualquier lugar, desde una casa privada –a la que irrumpía a la fuerza– hasta en una choza anexa a un rancho con animales. Según las autoridades, no tenía la opción de caminar libremente, de lucirse, de repartir dinero entre quienes lo rodeaban y podían esconderlo. Vivía totalmente en la miseria. Y cuando salía a la calle lo hacía con el rostro cubierto y utilizaba a un mensajero para dar instrucciones a sus áreas operativas. Al mismo estilo de Bin Laden.

‘La Tuta’ se movía con gran facilidad por las montañas de Tierra Caliente, que conocía como la palma de su mano gracias a los negocios con la marihuana y los laboratorios clandestinos de ‘crystal meth’ que ahí tenían ‘Los Caballeros Templarios’. La que vivió en los últimos meses no fue una vida normal ya que se movía rápidamente de un sitio a otro para no ser ubicado y arrestado (lo que finalmente ocurrió).

El escurridizo capo logró esquivar dos operativos en los que estuvo a punto de caer. Durante uno de ellos, los policías llegaron a apreciar los platos de marisco a medio comer que dejaron el narco y los entre cinco y ocho hombres que solían acompañarle. Su ‘suerte’ se acabó el viernes 28 de febrero, día en que fue capturado en lamentables condiciones. AGENCIAS