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"Quiero mantenerme en el ‘Top’"


Con 11 medallas de oro, Daniel Dhers se ubica entre los mejores ciclistas extremos del mundo

Marlon Gomez | 6/11/2015, 6 a.m.
"Quiero mantenerme en el ‘Top’"

Todo amante de los deportes extremos, especialmente del ‘Bike Moto Cross’ (BMX), conoce el nombre de Daniel Dhers, ciclista venezolano considerado uno de los mejores del mundo tras ganar los X Games en el 2007, 2008, 2010, 2011 y 2013.

Daniel, de 30 años, llegó a Austin para competir en la reciente edición de los X Games y vino con el mejor entusiasmo y fe en sí mismo. Venía a demostrar porque ha ganado 11 preseas de oro en competencias internacionales, seis de ellas en el Dew Tour.

Ni su reciente accidente en Francia, donde terminó con costillas salidas y músculos afectados, lo detuvo de venir a cumplir su sueño: hacer historia. “Quiero que algún día digan ése es el venezolano que estuvo durante diez años entre los mejores del mundo”. La lesión se notó y debilitó su resistencia; Daniel sólo alcanzó el séptimo lugar este año.

Sí, persistencia y esfuerzo forman parte de su personalidad. También se describe como una persona reservada y amante de los gatos. En conversación previa a su competencia Dhers nos contó un poco más sobre quién es el ciclista urbano que dejó su país para perseguir un sueño.

¿Fue éste tu primer accidente?

No, he tenido varias lesiones, pero esta ha sido una de mis peores caídas en 17 años. Quedé inconsciente en el piso. Sin embargo no es la primera vez que llego a una competencia sin poder prepararme mucho.

¿Son los X Games una competencia exigente? Aquí los competidores vienen por sangre, vienen a la guerra.

¿Cómo logras superar los nervios? Cuando empecé a competir también estudié psicología del deporte porque todos los jugadores podemos ir a la rampa y hacer el mismo truco, lo difícil es hacerlo en la mente. Seguir contra los deportes y las cosas externas que te afectan.

¿Cuándo descubriste tu pasión por las bicicletas? Empecé en Caracas (Venezuela) a los 12 años, pero en el 2006 me mudé a Argentina, donde este deporte estaba más avanzado y aprendí mucho. El invierno en Argentina me corrió y me moví a EU, la meca del BMX. Un año más tarde aprendí a competir y me empezó a ir cada vez mejor.

¿Por qué te quedaste en Estados Unidos? Porque es difícil vivir de este deporte en otro país del mundo. Aquí tienes las plataformas para hacerlo.

¿Qué extrañas de tu país? La comida, las arepas, aunque conseguí un lugar que vende arepas cerca de mi casa en (Raleigh) Carolina del Norte. (Risas) Extraño a mi familia y mis amigos. También extraño la alegría de la cultura venezolana, que te reciben con emoción a donde vayas. Aunque tengo 10 años aquí, me sigo sintiendo un extranjero.

¿Qué piensas de la situación actual de Venezuela? Es una pena porque mi país vive un momento difícil, tanto que es complicado incluso ir de visita. Espero que las cosas mejoren para poder volver pronto. Pero es difícil saber cuándo ocurrirá.

¿Cuánto te dedicas a entrenar semanalmente? Yo monto todos los días, llueva, truene o relampaguee. Hago ejercicios en las mañana y en la tarde monto un par de horas más.

¿Cuál es tu sueño? Gané mi primer Dew Tour en el 2006 por accidente. Pero ese día dije no quiero que termine aquí, que digan vino un venezolano loco, ganó y despareció. Ése día dije quiero mantenerme en el ‘top’ y que en el futuro alguien diga “ése es el venezolano que estuvo durante diez años entre los mejores del mundo, el que dominó este deporte”.

¿Cuál es tu próxima meta? Siento que las competencias son importantes, pero también es importante lo que estoy haciendo en Raleigh: hace un año abrí un parque de BMX para promover el deporte.

Para nadie es un secreto que el BMX suele ser considerado un deporte para locos, callejeros, vándalos, adictos, etc. ¿A qué crees que se debe? Primero este deporte es muy joven; la mayoría de los competidores son jóvenes de 15 a 30 años y están en una edad rebelde y estás haciendo algo diferente a lo que tus padres quieren que hagas. A mi generación le toca cambiar esa imagen. A los competidores nos toca esa responsabilidad. Tú puedes hacer lo que quieras, pero no lo tienes que subir a Instagram. Los medios también están ayudando a cambiar esa imagen.

¿Es Daniel Dhers un rebelde? Soy tranquilo. Como bien y hago ejercicios. Sí salgo de fiestas, pero no lo enseño tanto porque es importante demostrar que hay profesionalismo en este deporte. Es lo bueno que hacen compañías como Red Bull, solamente patrocinan al que lo hace bien.

Pero, también has tenido que luchar con esos estereotipos… Nunca demostré locura extrema porque no es mi forma de ser. Pero recuerdo que mi papá no quería que me dedicara a esto. Ellos no veían el esfuerzo que hay detrás. También en el 2006 mi papá me dijo “deja la bicicleta y vente a trabajar conmigo”. Le dije “dame este año” y fue cuando gané el Dew Tour. Ese día nos miramos y, sin decir nada, entendimos lo que pasaría. Desde entonces me apoya.

¿Cuál es tu lado suave? Me gusta tocar guitarra, los videojuegos, soy reservado. También me gusta leer y ver documentales para saber de todo, ya sea economía, política, historia o deportes.

¿Es difícil tener novia para un atleta extremo? Sí, es complicado con tanto viaje. A veces no entienden que no deben llamarte con un problema el día antes de la competencia. Creo que ése es el mayor reto, que entiendan que necesito concentrarme; si no estás claro en tu mente, algo malo puede pasar.

¿Qué harás cuando te retires? Seguiré montando bicicleta, pero sin estrés de competencia y dedicándome a los negocios. Sueño con abrir otros parques. También, me gustaría vivir en el Sur de Francia o en Hong Kong. Quisiera en algun momento tener dinero suficiente para viajar por el mundo porque ahora viajo, llego, practico, compito y me voy.

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