El ‘hiyab’ ganó la batalla
La marca de ropa Abercrombie & Fitch fue denunciada por una joven a la que le negaron trabajo por utilizar el velo tradicional musulmán
6/11/2015, midnight
Si hay algo que caracterizaba a los dependientes de Abercrombie & Fitch es su estado físico y su atuendo: minifaldas, pantalones cortos, blusas sin mangas y camisetas ajustadas. Estereotipo que ya le ha causado varios problemas a la firma hasta el punto que la empresa decidió recientemente cambiar de estrategia y alejarse un poco de esa imagen hedonista y sexy. Aun así, las contrariedades no terminan y una vez más Abercrombie & Fitch ha perdido una batalla legal.
El Tribunal Supremo respaldó los derechos laborales de una mujer musulmana que no obtuvo un empleo en la firma de moda por presentarse a una entrevista de trabajo con un ‘hiyab’ (velo islámico) de color negro. Con ocho votos a favor y uno en contra, los jueces del Tribunal Supremo votaron a favor de la protección de la libertad religiosa y los derechos laborales de las personas que, por su fe, requieren un tratamiento especial a la hora de ser entrevistados para un empleo.
EL DATO:
La mayor asociación de defensa de los derechos civiles de los musulmanes en este país, el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses, consideró que este fallo es histórico porque defiende la libertad religiosa, especialmente en un momento en el que la comunidad musulmana se enfrenta a crecientes niveles de islamofobia.
Según el fallo, la compañía Abercrombie & Fitch (Nueva York) se negó en el 2008 a darle empleo a Samantha Elauf como asociada de ventas en sus oficinas de Tulsa (Oklahoma) porque su pañuelo violaba el código de vestuario de los empleados al ser negro y cubrir su cabello. Elauf, entonces con 17 años, acudió a la cita y acreditó tener las competencias necesarias para el puesto, pero nunca recibió una llamada de respuesta porque (según le contó entonces una amiga que tenía en la empresa) su pañuelo de color negro violaba el código de imagen de la empresa.
En respuesta a esa actitud, la Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo interpuso en 2009 una demanda en nombre de la Samantha, alegando que la empresa violó la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe a los empresarios rechazar a un posible candidato por sus creencias religiosas. Como resultado de la infracción, un jurado consideró que Samantha debía de recibir una indemnización de $20,000.
Sin embargo, la Corte Federal de Apelaciones del Décimo Distrito, con sede en Denver (Colorado), anuló el veredicto argumentando que la empresa de moda no podía ser considerada culpable de discriminación porque Samantha nunca dijo explícitamente que llevaba el pañuelo por sus creencias religiosas y que, por tanto, necesitaba resultar exenta del código de vestuario de la firma.
Así, el caso llegó al Tribunal Supremo, que debía determinar si las empresas tienen que proveer un tratamiento diferente a un postulante de empleo a pesar de que el candidato no lo haya exigido explícitamente. El fallo fue favorable para Samantha y sienta un precedente que protege a las personas con creencias religiosas. AGENCIAS