El Mundial Femenino Canadá 2015 ha puesto sobre el tapete las dificultades que afrontan las mujeres que dedican su vida al fútbol profesional. El trato que la FIFA le da a las mujeres es realmente vejatorio, llegando incluso a incurrir en prácticas que son peores que la discriminación sexual. Y eso ya es bastante malo.

El maltrato hacia las mujeres futbolistas de alta competencia va más allá de los clichés que la sociedad condena y la ley castiga. Por ejemplo, es importante tener presente que los torneos masculinos de fútbol de la FIFA se disputan siempre sobre hierba natural. Siempre. El césped es ‘gentil’ con los recios jugadores.

Para el Mundial Femenino Canadá 2015, el órgano regente del fútbol mundial decidió que éste se juegue sobre césped artificial, que es abrasivo y perjudicial para las deportistas. Hasta el cierre de esta edición, varias jugadoras han mostrado a la prensa mundial las quemaduras que han sufrido en distintas partes de su cuerpo tras cada partido. ¿Por qué la FIFA no dispuso igualdad de condiciones para las mujeres? Peor: esta es la primera vez que la FIFA permite que futbolistas de élite en una competición de selecciones nacionales jueguen sobre césped artificial.

Otra razón para acusar a la FIFA de misógina: Las futbolistas pasaron por una prueba de género para competir en el Mundial. Lo indignante es que, según el reglamento FIFA, basta con que una selección en competencia considere que existen motivos para sospechar que una jugadora ‘podría ser hombre’ para que inicie una investigación completa en todo el equipo rival. Las futbolistas que se nieguen a participar de la investigación son sancionadas al instante. Increíble.

A nadie se le ocurriría pedirles a los varones una prueba de heterosexualidad para permitirles jugar. Tampoco se les exige a los jugadores Sub23 demostrar que tienen menos de 23 años con una prueba de ADN para no ser descalificados y de esos hay bastantes casos en el mundo, especialmente cuando se trata de jugadores africanos.

La grandeza de las mujeres hizo que las jugadoras tomen la disposición de la FIFA como una broma, pero es humillante y triste que las futbolistas deban demostrar que son mujeres para competir.

El golpe del FBI a la institución que rige el fútbol rentado en todo el mundo sirvió para que varios dirigentes corruptos renuncien a sus cargos, incluido el presidente FIFA Joseph Blatter. Si se trata de combatir la corrupción, los futuros candidatos al puesto más importante de esta organización deben contemplar varios cambios de índole moral en la categoría femenina porque, de continuar el actual trato contra las mujeres, nada habrá cambiado en fondo, solo en forma.

La celebración del Mundial Femenino de Canadá 2015 se opaca por culpa de la FIFA. ¿Cambiarán las cosas con la renuncia de Blatter?