Chilapa de Álvarez está ubicada en la región montañosa de Guerrero y es la meca del cultivo de amapola, planta utilizada para elaborar heroína. Pasar por esa ciudad es necesario para transportar la droga, por lo que el municipio se ha convertido en un polvorín que estalló cuando la ciudad estuvo sitiada durante cinco días por personas armadas.

Las bandas que pugnan por el control de la zona son Los Ardillos y Los Rojos, quienes no dudan cuando se trata de dejar mensajes macabros a sus rivales en las calles del pueblo: cuerpos sin vida, muchos de ellos decapitados o desmembrados. Chilapa, dicen las autoridades, está dominada por Los Rojos, delincuentes a los que la población prefiere no mirar para no meterse en problemas. Sin embargo, éstos ‘etiquetan’ a la ciudadanía entre quienes están a favor o en contra de ellos.

Esta clasificación también se está haciendo a nivel político, en plena campaña electoral, que se hace notar en las calles de Chilapa con las pegadizas canciones en coches con megáfonos, como si allí no pasara nada. Como si no existiera la autoridad. AGENCIAS