Cuando te das cuenta que tu esposo o tu novio pasa un largo rato por las noches viendo pornografía en el Internet, o cuando descubres que guarda revistas con fotografías de mujeres desnudas en su armario, es inevitable que te preocupes. Una situación así puede llevar a cualquier mujer al borde de un ataque de nervios. ¿Será que ya no le gusto? ¿Acaso estas mujeres le atraen más que yo? ¿Prefiere ver pornografía a tener sexo conmigo? ¿O está insatisfecho con nuestra relación sexual?

¡No te angusties! Antes de reclamarle a tu pareja, tómate un tiempo para darle la dimensión adecuada a la situación y a entender porqué le puede gustar la pornografía a tu pareja.

En primer lugar, el gusto por la pornografía es tan común en los hombres, que él no es el primero ni será el último hombre que lo haga. Y en segundo lugar, varios estudios sobre comportamientos sexuales demuestran que en muy pocos casos ese gusto les trae un problema en su vida diaria y en su relación de pareja.

Entonces, ¿qué es lo que encuentran en la pornografía? La respuesta a esa pregunta es un poco más difícil de responder y las teorías abundan. Por un lado se cree que los hombres son más visuales en su forma de construir su sexualidad, y por eso gozan viendo pornografía, sin miedo a que el que la disfruten reemplace su sexualidad con su pareja.

¿Mal necesario?

Por otro lado también parece ser que la excitación provocada por la pornografía activa ciertas partes del cerebro, o que los hombres tienen una disposición permanente al sexo (más que las mujeres) debido a un instinto masculino de “multiplicar la especie”.

¿Cuál de todas las teorías será? Al parecer son todavía muy vagas y la verdad es que hasta el momento no hay una respuesta concreta y definitiva que nos permita entender porqué los hombres ven pornografía con mayor frecuencia que las mujeres. Aún así, hasta el momento son muy pocos los casos que demuestran que esta práctica sea negativa.

Sólo en muy pocos casos la pornografía puede ser problemática. Por ejemplo, cuando se convierte en hábito, es decir, cuando el hombre necesita verla frecuentemente y empieza a tener problemas en su desempeño sexual contigo, o cuando empieza a gastar mucho dinero en ella. También puede ser alarmante cuando notas que sus gustos frente a la pornografía no son aceptables socialmente, como por ejemplo el sexo con los niños (la pedofilia).

Pero en general, el descubrir que tu novio o esposo ve pornografía no debe ser más que un pequeño llamado a sincerarte con tu pareja sobre la vida sexual entre ambos. Por ejemplo, puede ser que él quiera ver pornografía para calmar algunos deseos sexuales que no se atreve a contarte simplemente por vergüenza, o en respuesta a alguna fantasía sexual.

Por eso, si a ti te interesa y surge la oportunidad, puedes plantearle el tema y hablar abiertamente sobre lo que a él le gusta, lo que a ti te gusta y lo que quisieran explorar juntos sexualmente. Incluso, pueden intentar ver pornografía juntos o usarla como inspiración para los encuentros sexuales entre los dos.