Los payasos combaten el tráfico
La asociación ‘Claustrofobos’ son activistas que buscan combatir conductas poco cívicas en Ciudad de México
Angela M. Angulo | 7/30/2015, midnight
Bajo las congestionadas calles de Ciudad de México, cinco payasos se cuelan en un vagón del metro y serpentean entre desprevenidos pasajeros, que se asombran cuando los hombres de nariz roja empiezan a sacudirse frenéticamente y a hacer muecas. ‘¡Ah uh! ¡Ah uh!’, aúlla uno de ellos.
El resto muestra un cartel que dice ‘sin empujones es mejor’ y toca una tonadita con su orquesta de banjo, ukelele, melódica y platillos.
Arriba, sobre el asfalto de la caótica capital, un fuerte hombre de 28 años se cubre el rostro con una máscara típica de la lucha libre mexicana, esgrimiendo una señal de tránsito mientras ondea su capa de líneas blancas y negras, que representan un cruce peatonal. Se trata del poderoso ‘Peatonito’, un superhéroe que no duda en empujar a los coches que bloquean el paso de los peatones, crear nuevos cruces para caminantes con pintura aerosol y trepar a vehículos estacionados sobre banquetas.
EL DATO
‘Claustrofobos’ y ‘Peatonito’ se inspiraron en el excéntrico exalcalde de Bogotá (Colombia) Antanas Mockus, quien formó un pequeño ejército de mimos para obligar a los conductores a respetar a los transeúntes.
‘Peatonito’ y los payasos de la asociación cívica ‘Claustrofobos’ son parte de una ola de activistas que busca combatir conductas poco cívicas y planes urbanos defectuosos en esta metrópoli de 21 millones de personas, cuatro millones de automóviles y cinco millones de usuarios diarios del metro. Algunos activistas usan las redes sociales para publicar fotografías y videos de conductores que se estacionan sobre aceras.
Aunque no trabajan juntos, el humor es el antídoto en común de ‘Peatonito’ y ‘Claustrofobos’. Ellos se enfrentan a una ciudad donde los conductores sólo necesitan una identificación oficial, comprobante de domicilio y $46 para obtener una licencia para conducir.
Los bufones suelen tener un efecto inmediato. En las escaleras mecánicas, convencen a la gente que va del lado izquierdo de moverse al derecho para dejar un paso libre.
Cambiar el comportamiento cívico de los habitantes de la ciudad más poblada de México requerirá algo más que solo brevísimos espectáculos callejeros.
Pero si la participación de los voluntarios es apoyada por las autoridades locales, el objetivo de reducir las muertes por atropellamientos (que representan más de la mitad del millar de fallecimientos anuales provocados por accidentes automovilísticos) puede ser realidad.