Una madre y dos hijos se bajan de un autobús en San Antonio. La escena sería cotidiana si no fuera porque en el tobillo de la mujer se puede ver un grillete electrónico que generalmente es usado para que el sistema judicial pueda seguir los pasos de las personas que han cometido delitos. Por este grillete, los portadores están obligados a presentarse ante un juez u oficial de seguridad.

¿Qué delito cometió esa madre de familia? Cruzar la frontera de forma ilegal para buscar asilo humanitario. “Los están tratando como criminales, cuando deberíamos aceptarlos en nuestra sociedad como refugiados; son familias que escapan del terror de sus países de origen y buscan una mejor vida”, dice Mohammad Abdollahi, integrante de la organización sin fines de lucro Raíces.

Para Abdollahi, esta medida es un experimento que están poniendo en práctica con madres de familia recluidas en el Centro Residencial Familiar del ICE ubicado en Dilley (sur de Texas).

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