Si usted ve a tres hombres conversando en un estacionamiento, alrededor de las 10:30 de la noche, de seguro pensará que podría tratarse de algo “sospechoso”. Pero si una de estas personas le dice que es un abogado, le muestra su credencial de la corte, que por cierto su oficina está ubicada apenas cruzando la calle, y le indica que los otros dos sujetos son sus clientes, lo más lógico sería creerle.

Pero para el abogado René Vargas la historia no transcurrió así. Era la noche del sábado 6 de junio cuando fue llamado por un par de hombres hispanos para contratar sus servicios y sacar de la cárcel a un familiar de los sujetos. En traje informal (shorts y playera), se citó con los clientes en su oficina, ubicada en el edificio ‘Around The Clock’, en la esquina entre las calles 10 y Nueces.

Vargas, abogado especializado en defensa criminal, llegó al lugar y se encontró con las dos personas de quien ahora es su cliente. Ellos le esperaban en una barda del edificio, sentados y hablando español, lo que quizás fue considerado sospechoso por policías cuyo recorrido usual incluye esta calle y quienes lo vieron encontrarse con los dos hombres, conversar y dirigirse a la parte de atrás del edificio donde está su oficina. ¿por qué no se fueron hacia el frente? La entrada a las oficinas está justamente en la parte trasera.

Ya en el segundo piso, sin haber pasado dos minutos, Vargas escuchó ruidos en el primer piso y bajó a ver de qué se trataba; dos oficiales del Departamento de Policía de Austin con sus armas en la mano le pidieron que levantara sus manos y las dejara a la vista, orden que él acató de inmediato. Los oficiales le preguntaron su nombre y qué hacía en el lugar; el abogado respondió las preguntas, les mostró su licencia de conducir y su credencial de la corte.

Al parecer seguía siendo sospechoso; querían más pruebas de que su historia era cierta y le pidieron una tarjeta de presentación donde demostrara que su oficina estaba ubicada allí. Así lo hizo y finalmente los oficiales se marcharon diciendo “más vale prevenir que lamentar”.

“Éste es un procedimiento común. Los abogados se reúnen con clientes cualquier día de la semana y a cualquier hora cuando se trata de servicios para fianzas y cargos criminales. A las personas les urge sacar a sus familiares de la cárcel. Tengo colegas abogados que trabajan en este mismo edificio y lo hacen también, pero la policía no sospecha de ellos porque son blancos; sospecharon de mi porque no soy blanco”, dice René Vargas quien ya presentó un informe formal al Austin Police Monitor (512)974-9090), oficina encargada de recibir e investigar quejas de abuso de poder de oficiales de seguridad.

Para él, es importante que todo ciudadano que se sienta discriminado presente sus denuncias para cambiar una realidad que describe como “triste”. “He trabajado fuerte para llegar a donde estoy profesionalmente, pero – sin rodeos –

me recordaron que cuando me quito el traje no soy más que un simple mexicano que se ve sospechoso ante los ojos de la policía”.