Chile jugó toda la Copa América con la urgencia histórica de ganar un torneo que nunca había levantado en 99 años de competición. De esta necesidad ha sacado la fuerza para hacer un fútbol preciso, pelear de principio a fin durante 360 minutos y encontrar la energía suficiente para imponerse en los penaltis de la tanda definitiva.

En la Copa América que concluyó el pasado 4 de julio, Chile escaló hasta la final del torneo y lo ganó. Chile es un gran campeón, que jugó sin miedo todos los partidos. Y eso es para destacar, ya que siempre es complicado enfrentarse de local a Argentina. Jugar de igual a igual contra selecciones que suelen poner a los mejores del mundo en la cancha es una temeridad que pocas veces tiene recompensa. Chile lo hizo, gracias al DT Jorge Sampaoli, quien continuó el legado futbolístico de otro argentino: Marcelo Bielsa.

El título histórico conseguido por la selección chilena confirma la refundación del fútbol en ese país. La gran tarea ahora es mantener ese nivel y confirmar la graduación chilena en el grupo de selecciones sudamericanas de clase A1.

Es su primer título en este campeonato, pero no es su primer campeonato a nivel de selecciones nacionales: Chile se llevó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010, cuando su selección femenina se enfrentó a su par de Guinea Ecuatorial, un país de África Central.

Si nos referimos a la selección masculina de Chile, lo que encontramos son subcampeonatos, sobre todo en la Copa América. Obtuvo el segundo lugar en 1955, 1956, 1979 y 1987. Luego está el tercer lugar que consiguió en el Mundial de 1962, que se disputó en territorio chileno, y la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos Sydney 2000.