Cómo transitar a una dieta sana


Fernanda Beccaglia | 1/29/2015, 8 a.m.
Cómo transitar a una dieta sana
La solución está en revertir la pirámide: más ingredientes frescos y enteros y la eliminación de alimentos procesados y refinados, azúcares, y carbohidratos simples. |

Si estás cansado de tus hábitos alimenticios pobres, hacer el cambio y dar el primer paso puede ser lo más desafiante. Lo importante, antes que nada, es tener claro tu objetivo y la historia vieja que no quieres seguir repitiendo o escribiendo. Si realmente buscas el cambio debes aprender a hacer una transición sana y fuerte para nutrir a tu cuerpo y ayudarlo a eliminar las toxinas acumuladas a través del tiempo.

Dice el refrán que somos lo que comemos. Hipócrates decía “que la comida sea tu medicina”. Más claro imposible. Si quieres salud debes hacer elecciones de comida más conscientes y sanas. Para que tengas una idea clara de qué camino tomar, aquí te paso una guía ayuda para que te inspires a transitar de una manera sencilla y fácil.

El problema con la dieta americana estándar

La mayoría de la población consume la dieta moderna americana estandarizada. Y la mayoría de la gente se crió comiendo entre un 80-90% de productos animales y alimentos refinados cargados de grasas comercializadas, aceites, sal, y azúcar. Demás está decir que esta dieta tiene de todo menos nutrientes. El problema también está en que la cantidad de vegetales y frutas, granos enteros; semillas y nueces recomendada es mínima los cuales están cargados de nutrición. La solución está en revertir la pirámide: más ingredientes frescos y enteros y la eliminación de alimentos procesados y refinados, azúcares, y carbohidratos simples.

El laberinto de las dietas y el conteo agotador de las calorías

La mayoría de la gente cree que la dieta estándar americana es la forma correcta de comer pero al no lograr resultados óptimos de salud comienzan a comer menos o a hacer “dieta” pero aún dentro de los parámetros de la dieta americana estándar. De ahí comienza el ciclo vicioso de contar las calorías sin darse cuenta que lo que realmente los hace subir de peso es la acumulación de toxinas que el cuerpo no tiene oportunidad de eliminar. Y es aquí donde yace el secreto de por qué las dietas no funcionan. Simplemente porque no se concentran en nutrición ni calidad, desvasteciendo constantemente al cuerpo de nutrientes.

Volver a las raíces

A este punto muchos se sienten atrapados, sin saber para dónde ir. Pero es un punto clave porque es cuando se comienza a tomar algo de conciencia de qué algo básico falta en la alimentación diaria. Es cuando muchos, sin tener mucha explicación del sistema, vuelven por instinto a las raíces, a cómo se cocinaba y respetaba la comida en los tiempos de nuestros abuelos. Es cuando lo simple y fresco comienza a tomar un lugar más relevante en la vida de todos los días.

Más allá de ser vegetariano

Si bien ser vegetariano es una causa muy noble en todo sentido, muchos se tornan vegetarianos como derivado de la frustración de no saber para qué lado ir ni en quién confiar cuando de qué y cómo comer se trata. El problema es que muchos se tornan vegetarianos sin llegar a entender por completo lo que significa nutricionalmente, y es ahí donde muchos caen en la encrucijada de no entender lo que no funcionó ya que muchos dejan de comer carnes pero se llenan con carbohidratos simples, azúcares y alimentos procesados. Al final de cuenta más de lo que el cuerpo no necesita.

El regreso a la dieta americana estándar

Cuando todo falla, incluyendo las dietas veganas, todos regresan a los hábitos estándar y al consumo aún más alto de grasas animales. Todo cae en el mismo punto: la falta de educación, información y hasta de conexión con el cuerpo mismo.

La transición a una dieta rica en nutrientes

Luego de probar cuanta dieta disponible eventualmente se nos prende la lamparita y nos damos cuenta que lo que realmente falta en la dieta diaria son ingredientes frescos y llenos de nutrición. Es aquí cuando comenzamos a conectar con los alimentos y a sentirnos plenos otra vez porque comenzamos a recuperar energía, salud y vitalidad. Y no nos definimos por alguna dieta esporádica ni por lo que no comemos. Sino por lo la calidad de lo que seleccionamos en términos de nutrición. Comenzamos a cuestionarnos lo básico como “¿estoy comiendo sano e incorporando los nutrientes que mi cuerpo necesita?” “¿puedo disfrutar de lo que como y comer con libertad?” “¿me hace sentir bien lo que como o no?”

Aquí se descubre que comer va más allá de satisfacer el paladar y comer sin elevar la experiencia de comer a todo nivel. Comer sano nos eleva a todo nivel: físico, mental, emocional y espiritual. Es aquí donde se comienza la investigación de descubrir cómo hallarse y definirse dentro de una dieta que sea sana y nutritiva.

El mensaje es tan importante como la comida

Muchos creen que comer sano implica poder comer lo que quiera, cuánto se quiera, cuándo se quiera. y lo cierto es que dentro de comer bien y sano hay que también tomar en cuenta los ritmos biológicos y naturales. También se cree que si los granos enteros y nueces son sanos entonces puedo comerme una bolsa entera como entremés de media tarde.

Aquí es donde se desarrolla una compresión más clara, y que además de calidad también se trata de cantidad.

Exploración y descubrimiento

Aquí es cuando finalmente se entienden los conceptos de nutrición densa y calorías como fundamentos de nutrición, donde se descubre que los alimentos más altos en nutrición son los más apropiados en calorías. Lo importante es explorar y descubrir, experimentar con lo nuevo, fresco y en estación. Elegir aquellos ingredientes que vengan de la naturaleza y no de una fábrica. Simplificar los platos diarios emulando la sencillez y sabiduría que sólo se puede hallar de la tierra y de conectar con la inteligencia del cuerpo humano.

Cuando se habla de comer sano, no se trata nada más de comer más frutas y vegetales frescos, sino que sean de estación, orgánicos, y no genéticamente modificados.

En esta fase también te tornas más flexible, comer y la palabra dieta ya no te estresan. Te sientes seguro con lo que comes y además notas cambios en tu salud y vida que reafirman que estás en el camino correcto.

La inteligencia del cuerpo humano

A este punto ya sabes que no existe guía más sabia que la que te brinda tu cuerpo. Aquí sabes que lo una dieta no necesariamente funciona para todos sino que debes no sólo experimentar y probar sino saber qué es lo mejor para tu cuerpo y estilo de vida. Ya sabes que lo básico y más importante es comer fresco y sano incorporando súper alimentos que apoyen tu estilo de vida y necesidades.

Así como la jornada del auto-descubrimiento puede ser desafiante y por momentos agotadores, también está llena de satisfacción y realizaciones.

Vivimos en un ciclo humanitario donde no sólo debemos volver a las raíces de una alimentación sana y sencilla no sólo por el bien propio sino también por el futuro de un planeta sano y fuerte.

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